Darío Fernández dejó de existir a los 36 años y su muerte, lejos de provocar tristeza, despertó alivio y un aire de justicia. El sujeto había abusado sexualmente de siete menores de edad hasta que el padre de uno de ellos lo mató por venganza.
Redacción
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Fernández había violado a seis niños del colegio 73 de Lavallol, de Argentina, y cuando hizo lo mismo con un séptimo menor el padre de este no lo pensó dos veces y tomó la justicia por sus propias manos.
Después de ajusticiar al abusador sexual, Jonathan, como se llama el progenitor, se entregó a las autoridades y confesó su crimen. Los vecinos de esa zona le han expresado su apoyo y no han dudado en salir a las calles para exigir que lo dejen libre.
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«Mi nene me contó el lunes lo que había pasado, e inmediatamente se lo conté al padre, esto desencadenó que hiciera justicia por mano propia de la furia que le agarró. Después vino a la comisaría y se entregó», contó Rocío, la madre del niño, al medio argentino Crónica.
“La noche del crimen le mentí a mi hijo, le dije que había hablado con Darío y que me había contado toda la verdad. Ahí es cuando el nene reaccionó sorprendido y me dijo: ‘¿Cómo hablaste con él?, si me dijo que no te diga nada’. Mi hijo me contó que Darío lo tocó, que le había bajado los pantalones y que le compraba gaseosas y golosinas para atraerlo”, agregó la mujer.