Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, como reconocimiento a la lucha que libraron cientos de mujeres a lo largo de los años para conseguir su derecho a la igualdad de oportunidades en los diferentes ámbitos de la vida.
Así como en el Perú y el mundo, existen mujeres que día a día, y desde el papel que les toque desempeñar, ya sea en el hogar, en el trabajo o en los dos a la vez; ponen toda su capacidad y pasión para conseguir ese algo que les llene su vida, en nuestra existen miles de mujeres que dan su corazón en lo que hacen. En Noticias Piura queremos reconocer a las mujeres del ayer y también de hoy que lucharon y luchan en una sociedad donde el machismo aún esta enraizado, y que tanto daño le hace al género femenino.
Una de ellas es la mayor Carola Yanet Cueva Castillo, quien tiene 16 años como oficial al servicio de la Policía Nacional del Perú, y quien desde el 1 de marzo tiene la tarea de dirigir el trabajo policial de más de 80 agentes, en su mayoría varones, de la comisaría de Los Algarrobos, en el distrito Veintiséis de Octubre.
La entrevistamos mientras coordinaba las acciones ante frustrado desalojo y también en medio de la ejecución de refacciones en la infraestructura de la dependencia policial que dirige. Nos cuenta que a lo largo de su carrera ha dado servicio en diferentes zonas del Perú y en diferentes unidades policiales. «He trabajado en comisaría de Mujeres, en Inteligencia, en Drogas, Tránsito, y en Seguridad de Estado», narra.
Su vocación es defender la justicia, y pese a que su padre se opuso, ella lo retó y hoy cosecha los frutos de su esfuerzo y disciplina. «Pienso que mi madre me enseñó a enfrentar los retos. Nunca permito las injusticias y menos que me falten el respeto», agrega.
Prepararse en la Escuela de Oficiales de Lima y en medio de tantos hombres no la amilanó. Si se trataba de entrenar de madrugada lo hacía para salir airosa en las pruebas de resistencia física. «Lo que sí tuve claro es que como mujer tenía que trabajar el doble para demostrarle a esta sociedad machista que somos capaces y que podemos hacerlo bien» añade.
Cueva señala que la institución policial está cambiando, ahora evalúan más la capacidad. Sin embargo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el papel de la mujer, hasta el 2016 aún sigue relegado en cuanto a participación política, trabajo y educación. De los 130 congresistas, solo 36 son mujeres; un 37,5% de mujeres mayores de 25 años no ha cursado estudios secundarios completos, y 35,7% con capacidad de trabajo no tiene participación.
Reconoce el esfuerzo de sus predecesoras para que las nuevas generaciones de mujeres gocen de las oportunidades que en el pasado la mujer no tenía. Dentro de la institución su reto es trabajar sin ningún hecho de corrupción y trabajar muy de la mano con los vecinos, a través de las Juntas Vecinales; para disminuir los indices delictivos. «Me consideran que soy jodida, espesa; pero prefiero eso a que me digan corrupta. El común denominador es que la mujer está para ciertas áreas pero no para comandar. El éxito dependerá de cómo yo haga producir a mi personal», añade.
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Pero como lo dijo la mayor cueva, en el pasado hubieron mujeres que ya luchaban por una sociedad más justa y por la igualdad de oportunidades para todos. Y en Piura tenemos a una mujer que con el pasar de los años, como ella lo dice, su cuerpo se envejece pero su espíritu se rejuvenece y se fortalece.
Hablamos con la conocida madre Taresa, cuyo verdadero nombre es Juana Rosa Martín Roncal, quien en cada oportunidad no deja de sorprender a quienes conviven con ella. Por ejemplo, nos contó que hace tres meses recibió un premio de siete mil soles de su AFP, el cual de manera integra lo invirtió en mejorar el piso y el techo del comedor popular que dirige en el asentamiento San Sebastián, donde atienden a 60 ancianos, con almuerzos, y 80 niños en la temporada escolar, con desayunos.
Pero la historia de esta mujer al servicio de los más vulnerables empieza en la época de El Niño del 1983. En ese año se había jubilado y su congregación le pidió dirigir comedores populares en el asentamiento Micaela Bastidas. «Las madres me dejaron sola en una pampa, no supe qué hacer, primero estaba valiente, pero después me dije: he venido a trabajar por los pobres, no estoy sola Dios está conmigo», dijo.
Le daba temor la zona porque las inclemencias de las lluvias por el fuerte temporal lluvioso, habían vuelto reacios a los vecinos. Incluso estaban siendo asediados por las manifestaciones del terrorismo. «Un día amaneció la figura de la hoz y el martillo. Era para desaparecernos porque decían que trabajábamos para el gobierno».
Según cifras del INEI, al 2016, el 61,4% de mujeres piuranas no tiene ingresos propios. Además, un 32,3% de mujeres ha referido que en algún momento ha sido víctima de maltrato por parte de su pareja.
«No sé por qué la mujer es considerada inferior, desde la religión la virgen dijo sí para que el hijo de Dios viniera. Todos tenemos una madre y yo he visto que muchas prefieren dejar de comer por darle a sus hijos», indica esta religiosa de la congregación de San José de Tarbes.
«Yo nunca me he sentido inferior a nadie. Mi padre me decía yo era una mujer inteligente y que me dé mi lugar. Muchas veces las madres hacen que sus hijos sean machistas y a las hijas a realizar actividades domésticas. Las mujeres y los hombres somo iguales», sostiene esta mujer que el próximo mes cumple 94 años, quien indica que si la educación en los hogares no cambia las rudeza de las normas no bastarán para frenas casos de violencia contra la mujer.
Esta mujer, tiene un ojo que no le ayuda muy bien y una pierna que también le está dando unos achaques, sin embargo todos los días se levanta a las 6:00 a.m. y se acuesta a las 10:00 p.m. Su labor necesita de colaboración, aunque siempre está agradecida pues además de la ayuda de sus exalumnas, asegura que Dios y la virgen siempre la sorprenden con un milagro en favor de sus abuelitos y niños.