El nuevo cardenal peruano Pedro Barreto, jesuita de 74 años, es un fervoroso defensor de los pueblos indígenas de la Amazonía y del medio ambiente, así como también un crítico de los políticos que viven «de espaldas a la realidad» y que sucumben a la corrupción.
Redacción
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Su labor pastoral le permitió conocer las regiones del Perú como Cusco, Tacna, Ayacucho, pero también a la ciudad de Jaén, ubicada en la amazonía de la región Cajamarca.
Su paso por la selva, le sirvió para conocer los problemas que aquejan a las comunidades indígenas como la tala indiscriminada de los bosques, la extracción ilegal de oro en la Cordillera del Cóndor, la pobreza y la contaminación del medio ambiente.
En su siguiente misión en Huancayo, se encontró con otra realidad. La población asentada en el complejo de metalurgia de la Oroya, presentaba graves problemas de contaminación, el cual fue cerrado en el en 2009 por incumplir sus compromisos de protección ambiental.
En esta oportunidad, el flamante cardenal, logró la instalación de mesas de diálogo con las empresas infractoras y las autoridades para trabajar a favor de la salud de los pobladores, bajo la convicción de que «el Estado lucró con la salud de la población de La Oroya» y que debía reparar los daños.
Otra de sus obras fue pedir que la minería sea responsable y segura, a pesar de las amenazas de sectores que resultaron afectados por su intervención, esto le valió al cardenal Barreto para hacerse acreedor al Premio Nacional de Derechos Humanos.
Tras su nombramiento como cardenal, el obispo peruano ha enfilado sus críticas contra el Congreso y los políticos que han sucumbido a la corrupción en los últimos años en el país.
Su crítica se baso en que el el Parlamento «vive a espaldas de la realidad del país» y que ese vivir de espaldas «significa corrupción», como era de esperarse generó rechazo de la mayoría opositora, por el partido fujimorista Fuerza Popular.
Asimismo el jefe de estado, Martín Vizcarra, destacó el compromiso de Barreto con el cuidado del medio ambiente, al saludar su designación en mayo pasado, y agradecer al pontífice porque su nombramiento fortalecerá «la fe y esperanza» del pueblo católico en el país.