Entre enero y marzo de este año, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables registró 5,861 casos de violencia sexual, cifra que incluye diferentes tipos de agresiones, entre ellas 2,634 casos de violación sexual, afirmó Patricia Garrido, directora de la Unidad de Articulación de Servicios de Prevención, Atención y Protección del programa Aurora del referido portafolio.
Sostuvo que esta preocupante realidad nos obliga a estar alertas y a reflexionar sobre las acciones preventivas que se realizan y que se tiene que fortalecer para contribuir a proteger a niños, niñas y adolescentes, que son víctimas de este tipo de agresiones, para que las familias y las instituciones educativas adopten las medidas preventivas a fin de evitar estas situaciones tan dolorosas.
En RPP reveló que la mayor incidencia de casos de violación sexual se da en el interior de las familias, cometidas por personas del propio entorno de la víctima. «Muchas veces nos preocupamos de nuestros hijos cuando están fuera de nuestras casas, pero no nos damos cuenta que la persona agresora y de riesgo para ellos, está en el propio hogar y eso tiene que ver con la conducta de la persona agresora».
La persona agresora ve la oportunidad de cometer estos actos en el entorno cercano, en familias donde hay niños y adolescentes que no están debidamente preparados emocionalmente, que son vulnerables, o pueden asustarlos, porque una de las estrategias que utilizan los agresores es precisamente la de amedrentar al menor, amenazándolos con matar a sus padres, con desaparecer a la familia y si es del entorno muy cercano, «diciéndoles que si lo denuncian, se va a ir preso y no tendrán quién les dé de comer. Ese tipo de miedos, de manipulación, existen de manera muy frecuente», enfatizó.
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Garrido dijo que estas situaciones de abuso, muchas veces se develan tiempo después de la agresión, de repente no en la primera vez que ocurre, sino cuando el niño o la niña, ya no puede tolerar más. «Es en ese momento en que se devela la situación, en la que el menor cuenta lo que está ocurriendo. Es fundamental la respuesta de la persona que la escucha».
La especialista del Mimp aseguró que en estas situaciones es fundamental la reacción de la persona que escucha el caso, porque si no le cree o pone en duda o justifica el hecho, es probable que el niño o niña se retracte.
La funcionaria aseguró que en situaciones como las descritas, los padres deben escuchar, creer y actuar. Afirmó que cuando los casos no se denuncian, lo más probable es que la persona agresora tenga nuevamente acceso a la víctima, es decir que los hechos se repitan.
Agregó que, frente a un hecho de violencia sexual, el impacto para las víctimas es muy alto. «Muchas personas que han vivido situaciones de este tipo en su infancia presentan secuelas que tarde o temprano salen a la luz, por lo que no debemos permitir que nuestros hijos sufran. Hay que denunciar estos hechos para ayudarlos inmediatamente», finalizó.
Con información El Peruano