José Adolfo Quisocala Condori, natural de Arequipa, es un niño que enfrentó aquello a los 7 años cuando fundó el Banco del Estudiante Bartselana, entidad que empezó con 20 niños y que en la actualidad cuenta con más de 2 mil clientes.
Redacción
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Su idea de negocio nació cuando observó que sus compañeros gastaban el dinero en figuritas o golosinas, cuando podrían cubrir parte de sus necesidades. Es así que cuando fue elegido alcalde del colegio Luis H. Bouroncle, cuando cursaba el cuarto año de primaria, planteó el proyecto de crear un banco ecoeficiente a sus profesores. Hecho que fue tomado a la broma por algunos, mientras otro número reducido le brindó su apoyo.
“Al inicio, mis profesores pensaban que estaba loco o que un niño no podía emprender este tipo de proyectos. No entendían que nosotros no somos el futuro del país sino su presente. Por suerte, conté con el apoyo del director y de la auxiliar de mi aula. Tuve que soportar las bromas y el bullying de mis compañeros de clase por la labor que estaba realizando”, recuerda José Adolfo, mientras lee cómodamente los diarios que tiene a la mano durante la entrevista.
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El funcionamiento del Banco del Estudiante Bartselana es simple. Recolecta residuos sólidos de los clientes que son vendidos a una papelera, donde se transforma en papel higiénico. El dinero por la venta va a la cuenta, y solo puede ser utilizado a disposición del niño cuando cumple su meta de ahorro y no por el padre.
José busca replicar su idea de negocios más allá de su natal Arequipa. Hace unos años cerró una alianza estratégica con un conocido banco, pero la experiencia no resultó como esperaba y prefirió seguir por su cuenta. En estos días está próximo a tener una reunión con ejecutivos del Banco de la Nación para llegar a todo el Perú, algo que lejos de ponerlo nervioso, lo toma con naturalidad.
“No me intimida reunirme con ejecutivos de bancos para hablar de negocios. El trato siempre es cordial y, para ser sincero, me siento más cómodo con gente adulta porque entienden los proyectos que les estoy planteando”, reflexiona el ganador de premios internacionales y que ha viajado a países como Turquía, Inglaterra y Estados Unidos, donde han reconocido su labor.
Fuente: Correo