Un medio nacional accedió a correos electrónicos de los directivos de la constructora Camargo Correa en Perú y Brasil que revelan el plan de la empresa para contribuir en la campaña electoral de la segunda vuelta en favor de Alan García, en 2006, con el propósito de garantizar sus negocios en el país. Hay anotaciones con monto de dinero vinculado al apellido del expresidente. La compañía y sus consorciadas se beneficiaron con más de US$400 millones en contratos adjudicados cuando García llegó al poder.
Redacción
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Cerca de las 11 de la mañana del primero de mayo de 2006, Marcos de Moura Wanderley envió un correo electrónico con siete puntos que deseaba discutir “seriamentente” con la oficina principal de la constructora brasileña Camargo Correa, en Sao Paulo. Wanderley, entonces representante de la compañía en Perú, puso un título sugerente en su mensaje: “Eleiçoes peruanas”. El contexto político era decisivo.
Alan García Pérez, el candidato del Apra y expresidente de la República en los 80, había pasado a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 2006 y se disputaba la contienda con Ollanta Humala. Estaba a pocas semanas de ser elegido Jefe de Estado por segunda vez y reemplazar en Palacio de Gobierno a Alejandro Toledo (2001-2006).
Un nuevo escenario con García impacientaba a Wanderley, quien advirtió en su mensaje dirigido a Carlos Fernando Namur, director superintendente de infraestructura internacional de la compañía en Sao Paulo, que lo “que se vislumbra, con Alan presidente, es un refuerzo de la alianza AG-CNO (Andrade Gutiérrez-Constructora Norberto Odebrecht)”.
“Sabemos que las relaciones de CNO (Odebrecht)-Alan no son de ahora, y pudimos aún, en varias oportunidades, comprobar la actual intimidad de las relaciones”, aseguraba Wanderley sobre el vínculo del expresidente peruano con la principal compañía investigada en el megacaso de corrupción ‘Lava Jato’ .
accedió a documentos obtenidos por el diario Folha de S.Paulo, que ponen al descubierto un vaivén de correos electrónicos entre directivos de Camargo Correa para contribuir a la segunda vuelta de la campaña electoral de Alan García Pérez en 2006 con el propósito de garantizar los negocios de la constructora brasileña en Perú.
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La información forma parte de reportes voluminosos de la Policía Federal de Brasil que contienen anotaciones y documentos incautados por los agentes durante los allanamientos a las oficinas y domicilios de los directivos de Camargo Correa en 2009, como parte de la operación ‘Castillo de Arena’.
El caso fue archivado por la justicia brasileña debido a que la defensa de la empresa argumentó que las interceptaciones telefónicas de la operación, se habían originado por una denuncia anónima.
En ese mismo pendrive aparecían las anotaciones de los presuntos pagos de sobornos al expresidente Toledo, hoy prófugo de la justicia, por el tramo 4 de la carretera Interoceánica Sur que fue ejecutada por Camargo Correa, Andrade Gutiérrez y Queiroz Galvão. Estos pagos fueron revelados por este medio en alianza con BRIO y originaron el inicio de las indagaciones fiscales a las empresas brasileñas en Perú.
Con los correos de Namur y Wanderley, queda en evidencia que al igual que Odebrecht, la constructora Camargo Correa buscó hacer crecer sus negocios mediante el financiamiento de las campañas electorales de los candidatos que tenían mayores posibilidades de llegar al poder.
“Con relación al apoyo de Angostura, a pesar de tener informaciones de que CNO [Constructora Norberto Odebrecht] ya negoció (entre otras) esta obra con Alan, el actual gobierno está intentando un acuerdo con lo que le resta de autoridad”, informó Wanderley a Namur el 1 de mayo de 2006 cuando Alejandro Toledo estaba en el último tramo de su gobierno y faltaba apenas un mes para definirse quién sería su sucesor.
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Precisamente ese día, Toledo entregó el aval del Estado para el megaproyecto Angostura-Majes II (Arequipa), la represa de mil millones de metros cúbicos a la que se hace referencia en el correo de Wanderley y que ambicionaban las compañías brasileñas.
En noviembre de ese mismo año, cuando García ya había sido elegido Presidente, cinco empresas presentaron sus ofertas para participar en la licitación: entre ellas Odebrecht, Camargo Correa y Andrade Gutiérrez. Pocos meses después el proceso se truncó por el conflicto desatado entre las regiones Arequipa y Cusco sobre el proyecto. En 2010, la obra finalmente fue adjudicada al Consorcio Angostura-Siguas.
Pero a Camargo Correa le fue bien con otros proyectos. Durante el segundo gobierno de Alan García (2006-2011), la compañía y sus consorciadas consiguió adjudicarse nuevos proyectos por 1, 220 millones de soles (alrededor de 450 millones de dólares con el tipo de cambio de 2011), algunos no exentos de sospechas. La planta de tratamiento de Huachipa, por ejemplo, apareció en algunas anotaciones encontradas en el pendrive de Giavina Bianchi que colocaban el monto de “1 000 000” referidos a una sigla G. Según algunas claves ahí apuntadas, G correspondería a Hernán Garrido Lecca, exministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento en el régimen aprista.
En 2009, la empresa brasileña se adjudicó uno de sus proyectos más ambiciosos en Perú, la construcción del proyecto hidroenergético Alto Piura. El propio Alan García asistió a la firma del contrato, que contemplaba un plazo de ejecución de cuatro años pero que, según lo prometido por el entonces Presidente, se concretaría en la mitad de tiempo.
Fuente: Convoca