Por: Leydi Timaná
Enviada especial
La visita del papa Francisco al Perú ha despertado la fe y esperanza de muchos peruanos que se sentían rendidos ante las dificultades que la vida nos pone, sobre todo a la población que se vio afectada por las lluvias del fenómeno El Niño costero.
El Sumo Pontífice llegó para reunir a toda una multitud de gente, más de 500 mil almas estuvieron presentes en esta visita histórica.
LA LLEGADA
Hoy sábado 20 de enero, será una fecha inolvidable para el país, la gente se repartió para estar al menos en alguna de las actividades que ofreció el Santo Padre. Pues desde tempranas horas, personal de la guardia papal, gente en común, los grupos de baile de marinera, la Policía Nacional, Las Fuerzas Armadas se prepararon para recibir a Su Santidad. Desde el aeropuerto capitán FAP Carlos Martínez de Pinillos fue el primer encuentro con el papa Francisco, tras descender del avión las parejas de marinera, la guardia Suiza y la paloma de la paz recibieron a la máxima autoridad de la iglesia católica. Caminó entre la alfombra roja, saludó a todos y se dirigió al papa móvil para luego trasladarse hasta la explanada de la playa de Huanchaco donde realizó la misa.
El momento anhelado había llegado para los que lo esperaban en aquel lugar, a pesar que la noche anterior nos sorprendió una lluvia que trataba de calmar nuestros corazones ansiosos por ver a Francisco. Un impotente sol nos acompañaba y miles de fieles católicos llegaban a la explanada de Huanchaco, luego de caminar por casi dos horas, pues los controles de seguridad no permitían el ingreso de vehículos no oficiales. Suerte la nuestra (prensa) pues no recorrimos esos casi tres kilómetros.
Las alabanzas y rezos servían para preparar las gargantas y el cuerpo para la llegada del Sumo Pontífice, al mirar a través de las pantallas gigantes instaladas, que el máximo representante de la iglesia católica dejaba suelo capitalino para llegar a esta ciudad del norte del país, solo nos quedaba mirar al cielo y ver llegar el avión que lo transportaba.
Y más rápido de lo que pensábamos Francisco; el papa de los olvidados, pasadas las nueve horas del 20 de enero hacía su ingreso a la explanada en el papa móvil, esta vez los aplausos y arengas del mar humano en Huanchaco era más fuerte que el sonido de las olas.
Todos apuntábamos las cámaras hacia una dirección cuando de pronto apareció bendiciendo a todos aquellos que habíamos llegado con la esperanza de encontrar en su mensaje paz para nuestros corazones. Por un instante pensé que el estrado de prensa caería pues todos nos movimos de extremo para obtener las mejores imágenes.
EL PAPA SONRIENTE
Al ver por primera vez a un vicario de Cristo, apareció un Francisco sonriente, saludaba y derramaba bendiciones, me pregunto: ¿cómo se habrán sentido los damnificados que habían llegado desde Piura, verlo a tan solo unos metros?.
Ya en el estrado principal, muy bien acondicionado al estilo de la ciudadela Chan Chan, el Santo Padre inició la misa dando la bienvenida a las cuarenta imágenes que llegaron en peregrinación desde su ciudad de origen. Obviamente los gritos y aplausos más fuertes fueron para el Cautivo de Ayabaca y ‘La Mechita’ de Paita.
Al escucharlo hablar de El Niño costero era imposible no recordar el trágico momento que vivieron cientos de piuranos y que muchos de ellos habían llegado con lo poco o nada que poseían hasta aquí trayendo un corazón lleno de fe, con la esperanza que el padre santo les ayudaría a encontrar el ‘aceite’ que les permita encender sus ‘lámparas’ y salir de los momentos difíciles.
Acabada la misa empezó el viaje de retorno, dos horas de camino, tres largos kilómetros les esperaba pero había valido la pena y tal como escuché a los hermanos mercedarios desde el inicio de la cobertura “si la Virgen quiere, así será”, por eso diré que la virgen sí quiso que ‘Panchito’ ilumine los corazones olvidados de esta parte del país.
DERRAMA BENDICIONES
El papa Francisco recorrió las calles del barrio de Buenos Aires, uno de los lugares más golpeados por la naturaleza durante el fenómeno El Niño el pasado mes de marzo.
Luego se dirigió hasta la iglesia basílica de Santa María de la ciudad donde permaneció por unas horas, tras almorzar salió para dirigirse hasta el colegio Seminario donde se reunión con sacerdotes, y religiosos (as).
Culminada la reunión se hizo presente en la plaza mayor de Trujillo, donde un mar de gente lo esperaba, ahí coronó a la virgen de La Puerta de Otuzco, y celebró el encuentro mariano, para finalmente despedirse de la ciudadanía que lo esperó con tantas ganas, fueron momentos inolvidables como muchas personas lo señalaron, momentos vividos que jamás olvidarán gritaban algunos.
Así se dio por finalizada esta histórica visita del papa Francisco a la “Ciudad de la eterna primavera” Trujillo.