En un operativo conjunto, la Fiscalía de Prevención del Delito, la Policía Nacional del Perú y el municipio de Veintiséis de Octubre clausuraron establecimientos que no contaban con autorización para el consumo de bebidas alcohólicas.
Según se informó, se realizó la intervención en el restaurante cevichería D’ Rodrich, ubicado en Enace IV Etapa, donde el propietario de este local no mostró el certificado de fumigación y desinfección, por lo cual se determinó el cierre temporal y se le impuso una multa del 3 % de la Unidad Impositiva Tributaria (UIT), equivalente a 124,5 soles.
Los moradores de la zona mostraron su descontento por el ruido del conjunto musical que trabaja en este local. Personal que participó en esta inspección indicaron que realizaron la medición del sonido donde se registró que el ruido superaba los 80 decibeles, cinco más que los permitidos.
«Tengo dos hijos con tratamiento siquiátrico. El médico pidió para ellos ocho horas de descanso tranquilo y con música es imposible», comentó una moradora, quién vive a menos de treinta metros de este negocio.
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Asimismo, los vecinos indicaron que la cochera de D’ Rodrich ocupa un espacio que ellos tenían destinado a un parque.
El propietario del establecimiento, Eddie Jiménez indicó que su música no excede los 55 decibeles y están dentro de lo permitido y su atención es hasta las 7:30 de la noche, a pesar que su permiso es hasta las 11 p.m. Respecto a su cochera negó que se encuentre invadiendo vía pública.
Tras el cierre, los trabajadores del mencionado local retiraron el rótulo de ‘Clausurado’ e intentaron agredir a los serenos y fiscalizadores.
No obstante, el personal edil regresó en horas de la noche para reemplazar las notificaciones de Clausura y verificar que el local no se reabra sin autorización.
En el operativo también se clausuró por segunda vez el local conocido como Piura Bar, ubicado al frente de la parroquia y colegio San José Obrero.
A pesar de la actitud violenta de su propietario al intervenir el mencionado negocio, los fiscalizadores y serenos comprobaron que se ejercía un giro distinto al permitido, pues encontraron que se consumía cerveza en todas las mesas, a pesar que solo cuentan con autorización para funcionar como restaurante.
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Por este motivo se determinó el cierre temporal de Piura Bar, además de una multa del 10% de la Unidad Impositiva Tributaria (UIT), equivalente a 415 soles.
Al proceder con el cierre del local, el conductor del local se negó a recibir las actas correspondientes, donde se señala que el titular es Carlos Coveñas Paico. Luego, esta misma persona arremetió con insultos y empujones contra el personal edil, a quienes amenazó constantemente. Además, el empresario ordenó a sus trabajadores que obstaculicen la labor de los intervinientes.
El personal municipal indicó que en desacato el conductor se colocó en la puerta de metal del negocio para usar su cuerpo como tranquera y evitar el cierre. Al ver frustrado su intento, el furioso sujeto intentó agredir al dos agentes femeninas de Serenazgo, lo cual fue impedido por la Policía.
No contento con ello, el conductor de Piura Bar insultó y golpeó al personal de prensa para impedir que capte escenas de los sucedido. Luego de unos minutos los trabajadores de Piura Bar -en claro desacato a la autoridad- retiraron las señalizaciones de ‘Clausura’ colocadas en las puertas del local. Sin embargo, los fiscalizadores y serenos regresaron a los pocos minutos y colocaron otras notificaciones en su lugar.
El subgerente de Seguridad Ciudadana de la comuna octubrina, Luis Montenegro Castillo, indicó que esta es una muestra de que el municipio ha declarado la guerra a los bares y cantinas donde se expende licor hasta altas horas de la noche y muchas veces son frecuentadas por personas de mal vivir.