Los hermanos Lenin Alexander y Claudia Rocío Benites Aguirre, que según la Policía Nacional detonaron ayer dos explosivos en la clínica Ricardo Palma, ubicada en la avenida Javier Prado, en San Isidro. Junto con su familia desde el 2011 emprendieron procesos ante Indecopi y el Poder Judicial contra el centro de salud por la muerte de su madre.
Redacción
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Victoria Aguirre Oviedo, la madre, se había atendido en la clínica por constantes migrañas. Los médicos de la Ricardo Palma descubrieron, luego de realizarle algunos exámenes, que tenía un tumor cerebral. Así que decidieron someterla a una craneotomía ambulatoria.
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Según lo denunciado por los hermanos ante Indecopi la cirujía no resultó bien, tras la operación la señora quedó con un hematoma cerebral y tuvo que ser intervenida por segunda vez ese mismo día. Finalmente Aguirre Oviedo sufrió daños neurológicos y falleció al poco tiempo.
La familia pidió una sanción contra la clínica. Decían que esta no había realizado todos los análisis necesarios. Indecopi les dio la razón e impuso al centro multas superiores a los S/330.000. Pero para la familia no era suficiente. Insistían en que los médicos involucrados debían ir presos por lesiones graves y que la clínica debía asumir ciertos pagos.
Lenin Aguirre, que vestía un chaleco antibalas, se dirigió al estacionamiento S1 y colocó la mochila debajo de la camioneta de un médico de la clínica. Claudia se dirigió al laboratorio. Pasadas las 10 a.m. detonaron los artefactos, con cinco minutos de diferencia.
El humo se expandió rápidamente por la clínica. Se encendieron las alarmas y todos los pacientes fueron evacuados. El personal médico y los agentes de serenazgo que llegaron al lugar cargaron inmediatamente a los bebes recién nacidos, empujaron las incubadoras de los niños prematuros y retiraron a los pacientes en sillas de ruedas y camillas.
Según el penalista Luis Lamas Puccio, los hermanos podrían ser procesados por homicidio calificado en grado de tentativa (entre 15 y 35 años de cárcel) y lesiones graves consumadas (entre 15 y 25 años).
Los otros heridos, entre ellos trabajadores de la clínica, sufrieron contusiones, cortes, traumas auditivos, vértigo y asfixia por inhalación de humo.
Fuente: El Comercio