Hablar de Piura es hablar de Miguel Grau, el héroe peruano y piurano que amó y defendió los colores patrios hasta su muerte. Grau es sinónimo de patriotismo y orgullo nacional, de sensibilidad y valor; que lo llevaron a ser considerado como “El peruano del milenio”.
En su honor, aún se mantiene en pie la casa que lo albergó durante gran parte de su niñez: La Casa Museo Almirante Miguel Grau. Una edificación de inicios del siglo XIX que fue reconstruida para recibir a muchos visitantes que quieran conocer más sobre el piurano más prominente de la historia.
Desde la entrada, sus amplias puertas te abren el paso y te transportan al siglo XIX. Su interior está compuesto con nueve salas en total, estas mantienen en su construcción un estilo arquitectónico muy característico de la época.
La propiedad, que perteneció al abuelo de nuestro héroe, alberga historia en cada fotografía colgada en las paredes. En un repaso por las locaciones, se puede apreciar la habitación de Grau, así como su cuna; una réplica del monitor Huáscar, una colección de muebles, vajillas y un guion museográfico de la historia de la familia de Miguel Grau. Asimismo, se atesora cartas, diplomas, documentos, entre otros objetos de valor que permiten conocer un poco más sobre nuestro destacado personaje.
Y, no. Hoy no se recuerda un año más de historia de esta casa, ni el nacimiento o fallecimiento de Grau. Pero tampoco es necesario que sea un “día especial” para sentirse orgulloso por el legado que dejó nuestro héroe.
Visitar la Casa Museo Miguel Grau no solo es un deber de todo peruano, es un símbolo de patriotismo y de legítimo orgullo con quien fue el «Caballero de los mares”.