Desde el 2020, cada 18 de setiembre se celebra el Día de la Igualdad Salarial, una fecha establecida por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que simboliza una oportunidad para la toma de conciencia en la comunidad y de acciones específicas en los empleadores para contribuir al cierre de diferencias en el pago de haberes.
Alcanzar la equidad salarial marca un hito fundamental de la lucha en defensa de los derechos humanos. Si bien, la brecha se ha reducido en las dos últimas décadas, aún permanece en todas las regiones del mundo. Según el Global Gender Gap Report, en América Latina y el Caribe se necesitarán 67 años para cerrar la brecha de género al ritmo del progreso actual, que se ralentizó como consecuencia de la pandemia.
Esta preocupante situación no es ajena a nuestro país que, al 2021, la brecha salarial se mantiene al 25% según el Instituto Peruano de Economía (IPE). Esta divergencia se refleja en la última fiscalización de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), que ha emitido más de 100 actas de infracción a los centros de labores por discriminación salarial entre hombres y mujeres desde el 2020 al 2023.
Orlando Borja, Chair de Vistage Perú, manifiesta que la brecha salarial está influenciada bajo sesgos culturales e históricos y percepciones estructurales, que acentúan el largo camino que falta recorrer para lograr la paridad total.
“Abordar estos factores arraigados requiere un enfoque multidimensional que incluya educación, promoción de la igualdad de género desde una edad temprana y cambios en las políticas y prácticas laborales. Los empleadores pueden desempeñar un papel crucial al desafiar estos estereotipos y promover una cultura organizacional inclusiva que valore y recompense a todos los empleados por igual, independientemente de su género”, sostiene.