El 20 de enero, Donald Trump asumirá el cargo de 47º presidente de EE.UU., tras haber perdido la reelección hace 4 años. Este regreso histórico marca solo la segunda vez en la historia que un presidente recobra la presidencia tras haberla perdido. Además, se convierte en el primer presidente convicto, lo que abre interrogantes sobre su futuro judicial.
Con una campaña marcada por la xenofobia y el descontento social, Trump ha aprovechado el malestar por la subida de precios y la inmigración irregular para ganar apoyo. El expresidente basó gran parte de su campaña en el ataque a los inmigrantes irregulares, a los que considera “criminales”, “alimañas” que “envenenan la sangre” de los estadounidenses y aportan “malos genes”. Ha prometido una deportación masiva que es incluso logísticamente difícil de aplicar, pero la mano dura en la frontera está garantizada.
En una fiesta celebrada en West Palm Beach, Trump afirmó que su victoria era algo “nunca antes visto” y prometió iniciar una nueva “edad de oro” para el país. Junto a su esposa Melania y su futuro vicepresidente J. D. Vance, agradeció el apoyo de figuras como Elon Musk.
Cabe indicar que con 78 años, Donald Trump se convertirá en el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos, tras superar dos impeachments, un juicio por el asalto al Capitolio y múltiples acusaciones penales.
Política interna
Trump ha logrado captar el descontento popular por la inflación, especialmente entre las clases trabajadoras blancas y latinas. Su promesa de fuertes recortes fiscales, deportaciones masivas y un endurecimiento de las políticas migratorias sigue siendo un pilar de su discurso xenófobo. Además, ha prometido indultar a los condenados por el asalto al Capitolio y destituir a los fiscales que lo persiguieron.
Impacto global
Su política «EE.UU. primero» amenaza con desatar una guerra comercial, con aranceles masivos, especialmente a China (60%) y a México (100% sobre los autos). Esta postura podría afectar el comercio global y alterar las alianzas internacionales. Además, su acercamiento con figuras autoritarias como Putin y Kim Jong-un genera incertidumbre sobre la estabilidad geopolítica.
Riesgos para la democracia
Con su retórica autoritaria y amenazas a sus rivales políticos, el regreso de Trump plantea una gran prueba para la democracia estadounidense. Muchos temen que sus políticas pongan en peligro los principios democráticos y las alianzas internacionales.