Los siete sicarios acusados de asesinar al candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, tiroteado el pasado 9 de agosto tras salir de un mitin electoral en Quito, aparecieron muertos en las cárceles en donde estaban detenidos.
Las autoridades aún no han precisado la causa de los fallecimientos, pero trascendió que habrían sido ahorcados.
Los seis colombianos, identificados como Jhon Gregore R., Andrés Manuel M., Adey Fernando G., Camilo Andrés R., Sules Osmin C. y José Neyder L., se encontraban en el pabellón 7 de la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más grande y poblada de Ecuador, y también la más violenta del país, con una docena de pabellones controlados por diversas bandas criminales.
La Penitenciaría del Litoral, que alberga a unos 5.700 reclusos, ha sido el escenario de los peores episodios de la serie de masacres en las cárceles de Ecuador donde han sido asesinados más de 400 presos desde 2020, la mayoría por enfrentamientos entre bandas rivales.
En la mañana del sábado se sumó el séptimo, un ecuatoriano, al que el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la unidad penitenciaria del Estado, identificó como José M., el cual fue hallado muerto, también ahorcado, en la cárcel de El Inca, de Quito. El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad informó que las víctimas “no presentan signos de tortura ni heridas fruto de algún combate”.