En la historia del deporte peruano, existen hazañas que permanecerán a través del tiempo. Una de las más destacadas ocurrió el 2 de agosto de 1948, cuando Edwin Vásquez Cam, el más grande tirador peruano de todos los tiempos, obtuvo la medalla de oro en los XIV Juegos Olímpicos de Londres.
El deportista no solo dejó una huella imborrable en la historia del deporte nacional, sino que también se convirtió en un símbolo de perseverancia y dedicación. Hoy lo recordamos con motivo de una nueva edición de esta competencia polideportiva.
Primeros años
Edwin Vásquez nació el 28 de julio de 1922 en el barrio de Malambito, cerca de la iglesia de las Nazarenas, en Lima. Desde niño, mostró una afición notable por el tiro deportivo, una pasión heredada de su padre, Gonzalo Vásquez Tejeda, quien también fue un destacado tirador en la década de los cuarenta. Edwin dio sus primeros pasos en el tiro deportivo en el Club Revólver y se destacó desde muy joven. A los 16 años, ganó el concurso interescolar de tiro con fusil Mauser original peruano y, dos años más tarde, inscribió su nombre en la lista de ganadores del concurso de tiro Juan Gildemeister.
Su talento y determinación le permitieron convertirse en el tirador más joven en obtener la máxima categoría en el deporte a nivel nacional antes de cumplir los 21 años. La educación que recibió en su hogar, centrada en la disciplina y la tenacidad, fue clave en su desarrollo como deportista de élite. Edwin participó en numerosas competencias internacionales, incluyendo los Juegos Bolivarianos de Bogotá en 1938, donde formó parte del equipo nacional de tiro junto a su padre.
Hazaña olímpica
Su mayor logro deportivo llegó en los XIV Juegos Olímpicos de Londres en 1948. A su llegada a Inglaterra, Edwin se dio cuenta de que su arma era obsoleta y, además, sufrió un malestar respiratorio que le impidió entrenar adecuadamente. Sin embargo, su compañero de equipo, Luis Mantilla, le prestó su pistola calibre 22 con la que Edwin pudo realizar apenas 10 tiros de práctica.
A pesar de esas adversidades, el 2 de agosto de 1948, en polígono militar Bisley Camp, Edwin Vásquez compitió en la modalidad de pistola libre a 50 metros, en la que realizó 60 disparos.
El clima fue variado, pero Edwin mantuvo su concentración y precisión. Logró un puntaje total de 546 puntos, suficiente para superar a sus rivales, el suizo Rudolf Schneider y el sueco Torsten Ullman, quienes quedaron en segundo y tercer lugar respectivamente. Al conocerse su victoria, Vásquez declaró: “Gané la medalla de oro porque me preparé muy bien”. El 7 de agosto, en el estadio de Wembley, se izó la bandera peruana y se escucharon las notas del himno nacional durante la ceremonia de premiación, donde Edwin recibió la presea de oro.
A su retorno a Perú, se le otorgó la Orden El Sol del Perú y se convirtió en el primer deportista al que se le impusieron los Laureles Deportivos en 1951. Edwin continuó participando y ganando campeonatos panamericanos y bolivarianos en 1951, así como el sudamericano en 1968. Además, integró la Federación de Tiro, el Comité Olímpico Peruano y el Patronato Nacional del Deporte.
Dejó huella
Tras sus principales logros, Edwin Vásquez dedicó tiempo a orientar desinteresadamente a jóvenes deportistas, a quienes transmitió sus experiencias.
Falleció el 9 de marzo de 1993 y dejó un legado imborrable en el deporte peruano. Como él mismo dijo: “El mejor premio para un deportista será el saber que hizo el mayor esfuerzo para quedar bien, sin importar el resultado, pero pensando siempre en la superación personal”.
Edwin Vásquez permanece en la memoria de los peruanos como un héroe deportivo, y su nombre está inscrito en el frontis del Estadio Nacional en reconocimiento a su gran aporte al desarrollo del deporte nacional.