Desde hace más de una década, Piura ha sido testigo de la incursión de sicarios provenientes de Trujillo, quienes, desde el 2012, llegaron a la región para ejecutar asesinatos y extorsiones a pedido, regresando posteriormente a sus zonas de origen. Sin embargo, en el 2024, la violencia en la región ha alcanzado un nuevo nivel. Bandas como “La Jauría” y “Los Pulpos” han intensificado sus operaciones, intentando controlar el sector de la construcción en ciudades clave como Talara, Paita y Sullana. La presencia de estos grupos ha desatado una ola de extorsiones y asesinatos que tienen en alerta a la ciudadanía y a las autoridades.
En lo que va del año, se han registrado en Piura 1,400 casos de extorsión, posicionándola como la tercera región con más denuncias de este tipo a nivel nacional. Las víctimas son principalmente empresarios, ingenieros y pequeños emprendedores del sector construcción, quienes se ven forzados a pagar sumas exorbitantes bajo amenaza de violencia. En muchos casos, el dinero se transfiere a cuentas que los extorsionadores administran mediante aplicaciones bancarias y plataformas digitales, manteniendo así una red de financiamiento para sus actividades delictivas.
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Recientemente, la Policía arrestó en el distrito Veintiséis de Octubre, en el asentamiento Ciudad del Sol, a una mujer titular de una cuenta de Yape que fue utilizada para recibir dinero de extorsión. Según las investigaciones, la detenida estaría ligada a “Los Pulpos” y habría sido obligada a facilitar su cuenta a una emprendedora local, quien, bajo amenaza de muerte, realizó varios depósitos para proteger su vida y la de sus familiares.
Nexos criminales desde el interior de los penales
La División de Investigación Criminal (Divincri) ha revelado que el alcance de estas organizaciones se extiende hasta los centros penitenciarios. Dentro del penal de Piura, uno de los líderes de estas redes, identificado durante las investigaciones, habría estado coordinando acciones delictivas desde su celda mediante mensajes y llamadas telefónicas. En su poder, los custodios encontraron una agenda con contactos y registros que revelan la red de extorsión. Según fuentes policiales, el detenido aprovechaba su acceso a un teléfono móvil para continuar dirigiendo las operaciones de “Los Pulpos” desde el pabellón D del penal.
Sangrientos episodios de sicariato
En octubre pasado, la Policía arrestó a tres miembros de “La Jauría” en Paita Alta, entre ellos un menor de edad, quienes portaban un fusil, droga y una carta de extorsión. Según la información policial, estos individuos exigían 30 mil soles a un ingeniero, a quien amenazaron en su propio lugar de trabajo.
Otro violento episodio ocurrió en Paita, cuando un hombre, presuntamente vinculado a bandas trujillanas, fue abatido a tiros mientras intentaba huir de sus atacantes. A este hecho se suma el ataque a balazos en el restaurante “La Osadía Marina”, donde cuatro personas fueron emboscadas en lo que se presume es una disputa entre las bandas rivales “La Jauría” y “Los Pulpos”.