El calentamiento del océano Pacífico que provocó torrenciales lluvias que azotaron sobre todo la Costa norte del Perú, han merecido un análisis de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA). Mediante imágenes satelitales de alta resolución, datos propios y de otras entidades internacionales especializadas, explica las causas de este suceso climático que sigue causando graves estragos en nuestro país.
En el artículo titulado “Calentamiento del mar y aguaceros en Perú”, la NASA refirió que, tras una prolongada presencia de varios años de La Niña, expresada en el descenso de las temperaturas de la superficie del mar en alrededor de 0.5 °C a 1.0°C en el océano Pacífico tropical central y oriental, este fenómeno llegó a su fin en febrero de 2023 cuando los vientos cambiantes detuvieron el afloramiento del agua fría frente a las costas de Perú y Ecuador.
“A medida que la afluencia del agua fría disminuyó en marzo y abril de 2023, las temperaturas de la superficie del océano Pacífico se dispararon varios grados por encima de lo normal en una zona que se extendía hasta unos cientos de kilómetros hacia el oeste desde la costa sudamericana”, indicó.
Una de las imágenes satelitales de la NASA muestra anomalías en la temperatura de la superficie del mar el 4 de abril de 2023. Las aguas superficiales eran aproximadamente 6 °C más cálidas de lo habitual en la costa de Perú para esa fecha, según datos de la temperatura de la superficie del mar obtenidos por la NASA como parte del proyecto Multiscale Ultra-high Resolution Sea Surface (Resolución ultraalta multiescala – MUR SST).
El proyecto MUR SST combina las mediciones de las temperaturas de la superficie del mar de múltiples satélites de la NASA, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) e internacionales, así como observaciones de barcos y boyas, instrumentos que flotan en el mar y que registran información sobre la temperatura del mar.
La NASA sostuvo que las aguas inusualmente cálidas han jugado un papel en la activación de intensas lluvias en la Costa norte del Perú y en Ecuador y también en partes del oeste de Brasil desde mediados de marzo.
“Las lluvias se volvieron especialmente intensas después de que el aumento de la temperatura del océano ayudara a impulsar el ciclón tropical Yaku, que arrojó aún más lluvia en una región normalmente seca. La tormenta, el primer ciclón tropical que golpea el área en décadas, dejó caer cantidades récord de lluvia en el semiárido norte de Perú”, indicó.
“Las temperaturas cálidas de la superficie del mar coincidieron con la parte del año en la que Perú normalmente ve las temperaturas más altas del agua en alta mar, explicó René Garreaud, científico ambiental de la Universidad de Chile citado por la NASA.
Según el experto, esta condición empujó las temperaturas de la superficie del mar por encima de los 27°C, acelerando la evaporación, haciendo que el aire sea más húmedo y alimentando la formación de altas nubes convectivas que producen aguaceros y tormentas eléctricas. “La situación es similar a la de 2017, la última vez que un El Niño costero inundó de lluvia la zona”, anotó.
Otras imágenes de la NASA, registradas el 24 de febrero y el 12 de marzo, muestran agua adicional que se acumuló en el lago La Niña, una laguna efímera que se llena cuando las lluvias son inusualmente intensas y los ríos cercanos Piura y La Leche se desbordan.
La NASA recordó que el 23 de marzo, el desbordamiento de la laguna destruyó un tramo de la Panamericana Norte, dejando incomunicados los pueblos de Parachique y Bayóvar. “Las aguas de la inundación continuaron cayendo sobre el paisaje normalmente seco en los siguientes días y semanas, y los datos satelitales muestran la laguna saturada de agua a fin de marzo.
El científico consultado por la NASA destacó que las torrenciales lluvias registradas en Perú han tenido también un impacto positivo al reverdecer extensas zonas habitualmente secas y desérticas.
“Hubo al menos una consecuencia positiva de estas lluvias. Las imágenes satelitales muestran un reverdecimiento generalizado este año en comparación con el último en el lado del Pacífico de los Andes”, señaló finalmente Garreaud.
Fuente: Andina