El presidente de la República, Pedro Castillo, negó que la empresaria Karelim López, quien acudió a verlo varias veces a Palacio de Gobierno y quien fue captada entrado al inmueble donde se reunía en Breña, sea su amiga o que la haya citado personalmente para conversar.
“La señora Karelim López no es mi amiga… Es una persona que, como cualquier ciudadano, ingresa a alguna entidad, ingresa a Palacio y no nos arrastra ningún vínculo amical, ningún vínculo laboral”, aseguró en una entrevista publicada este viernes en el semanario “Hildebrandt en sus trece”.
El mandatario también negó haber estado involucrado en la organización de una fiesta de cumpleaños en Palacio de Gobierno que, según se reportó en varios medios periodísticos, fue planificada como una sorpresa para uno de sus menores hijos por Karelim López.
“Para mí también fue una sorpresa eso. Nosotros nos trasladamos a Tacna y en la tarde llegamos a despachar y siempre los cumpleaños de la familia se han hecho tomándonos un café, de una forma sencilla y familiar. Después yo me enteré que fulano y zutano habían organizado una fiesta. Pero yo no planifiqué nada de eso”, aseveró.
Karelim López en Breña
Cuando se le reitera por las reuniones que habría tenido con la empresaria que es investigada por el Ministerio Público, Pedro Castillo negó haberla citado al inmueble del pasaje Sarratea en Breña.
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“Yo nunca la cité [¿Se citaba sola?] Nunca la cité, no sé por qué fue y nunca nos encontramos. Hoy está en un proceso de investigación y estoy llano para que estas cosas se vean con transparencia”, explicó el jefe de Estado.
El presidente aseguró tener la conciencia tranquila ante estas investigaciones que involucran a López y a otros funcionarios. “Lo que tengo claro es que ha habido todo un montaje, un intento de quebrar este gobierno, pero los hechos van a demostrar lo contrario”, acotó.
Castillo Terrones reconoció, en otro momento, que una de las lecciones que ha aprendido en lo que va de su gobierno es pensar en las personas que se le acercan, aunque consideró que no se puede calificar como “error” recibir a gente a pesar de que puedan ser lobistas.
“No sé a cuántos lobistas les habré dado la mano, pero tenga por seguro que jamás he dicho ‘tráiganme a esa persona’ sabiendo quién es… Ni siquiera se me ha pasado por la cabeza eso […] Tengo que tener mayor cuidado y tengo que saber identificar a las personas”, dijo.