En un contundente megaoperativo llevado a cabo en el distrito de Suyo, provincia de Ayabaca, región Piura, un total de 17 campamentos de minería ilegal, dedicados a la extracción y procesamiento no autorizado de oro, han sido intervenidos y completamente destruidos por las autoridades. Este esfuerzo conjunto busca poner fin a una actividad que ha causado daños ambientales y económicos significativos en la zona.
La acción fue liderada por el fiscal provincial Néstor Sosa Carrillo, en colaboración con miembros de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Sullana. Además, participaron 95 agentes de diversas unidades de la policía de Piura y personal de la Dirección Regional de Energía y Minas del Gobierno Regional.
Los campamentos intervenidos se ubicaban en los sectores Bolsa del Diablo, Alvarados y Tasajeras, en la comunidad campesina San Sebastián de Suyo. La intervención fue llevada a cabo con el objetivo de poner freno a la actividad de minería ilegal que se realizaba en estos lugares.
Cuando las autoridades llegaron a los mencionados sectores, los encargados y trabajadores de las minerías informales emprendieron la huida, algunos a pie y otros en motocicletas, buscando refugio en diversos inmuebles, lo que dificultó su ubicación por parte de las autoridades.
En el área de los campamentos, donde se llevaba a cabo la extracción y procesamiento ilícito de oro, las autoridades hallaron una serie de elementos utilizados en estas actividades ilícitas. Se encontraron 25 pozas de cianuración, 20 cilindros con cianuro de sodio, 21 molinos de bolas con sus respectivas cajas de cambios, fajas y poleas, 30 motores, 30 carretillas metálicas, 40 palanas, 2 mil metros de geomembrana y 500 metros de manguera de color negro. Todos estos elementos fueron destruidos mediante explosivos, al igual que los 17 socavones que conformaban los campamentos.
Es importante destacar que estos campamentos ya habían sido objeto de intervención por parte de la Fiscalía en Materia Ambiental en meses anteriores, en colaboración con la policía. Sin embargo, a pesar de estas acciones previas, los involucrados retomaron sus operaciones ilegales.
Además, se ha revelado que el oro extraído y procesado ilegalmente era transportado a Ecuador a través de diversas rutas. También se sospecha que parte de este material tenía como destino la capital del país.