Dos niños, de 4 y 5 años de edad, internados en la unidad de quemados del Instituto Nacional del Niño (INSN), son los primeros pacientes beneficiados con la piel de un donante cadavérico. Un acontecimiento que se da por primera vez en nuestro país. Esto fue posible gracias a sensibilidad mostrada por una familia que decidió ceder la epidermis de un pariente fallecido, una acción que el INSN-San Borja quiere promover en el país a la par de eliminar los miedos y dudas que hay alrededor. En Piura, el porcentaje de donantes de órganos no pasa el 3% en relación a la población mayor de 18 años.
La doctoraLeyla Meléndez Álvarez,coordinadora técnica del Banco de Tejidos del INSN-San Borja, saludó que haya un primer donante peruano de piel humana cadavérico y resaltó que un equipo médico de la institución se haya encargado de la extracción tras la autorización familiar.
“El tejido humano donado servirá para tratar a niños que tengan quemaduras extensas. Este apósito biológico es solo temporal, ya que nos da un tiempo valioso para que mejoren sus defensas, su hidratación y esté en mejores condiciones para un procedimiento reconstructivo definitivo”, precisó.
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Según la especialista, este proceso sirve para evitar que el paciente quemado desarrolle una infección, es necesario colocar temporalmente la piel sobre la herida, pero de un donante cadavérico, ya que funcionan como un sustituto hasta que se pueda colocar los autoinjertos (piel de la misma persona).
Cabe indicar que existen tres tipos de quemaduras y la de mayor gravedad es la de tercer grado. Esta compromete las diferentes capas de la piel (epidermis, dermis y membranas germinativas) y puede hacer proliferar microorganismos que conlleven a una infección generalizada en el paciente y, por ende, ocasionar la muerte.