A sus noventa y tres años, Rosita Jiménez irradia una sonrisa que refleja décadas de amor y dedicación. En un emotivo acto llevado a cabo ayer en el sector sur del distrito, el alcalde Walther Guerrero Silva rindió homenaje a esta distinguida residente del A.H. Campo Polo en el marco del ‘Día de la Madre’.
Rosita, una de las primeras habitantes del asentamiento, compartió con visible emoción sus recuerdos de cuando junto a su esposo se establecieron en un terreno mayormente ocupado por sembríos de algodón. Agradeció especialmente al alcalde Guerrero por su incansable gestión en la materialización de un proyecto tan esperado por la comunidad: la construcción de nuevas pistas y veredas para el sector.
«Estoy un poco delicada, pero continúo viviendo por el amor y cariño que le tengo a Campo Polo. Ahora nuestro alcalde nos pondrá pistas y veredas. Estoy contenta y muy agradecida con usted, señor alcalde», expresó Rosita entre aplausos y muestras de cariño de las madres presentes en el homenaje.
Esta venerable vecina ha sido un pilar en la vida comunitaria durante más de seis décadas, destacándose por su activismo social y liderazgo. A pesar de las adversidades, como comerciante logró sacar adelante a sus diez hijos y continúa brindando su amor maternal a sus quince nietos.
El legado de Rosita Jiménez perdura como un ejemplo de perseverancia y entrega, inspirando a las generaciones presentes y futuras de Campo Polo. Su nombre queda grabado en la historia del distrito como un símbolo de amor y dedicación inquebrantable.