Para nadie es un secreto que los sistemas de salud tanto del Ministerio de Salud como el de EsSalud son ineficientes, no cuentan con medicamentos en sus farmacias y el trato de muchos de su personal asistencial deja mucho que decir. Es por eso que el piurano, haciendo un esfuerzo, prefiere atender sus emergencias médicas en el sector privado, donde muchas veces se encuentran a médicos del Minsa y EsSalud.
Según estimaciones de la Encuesta Nacional de Hogares, consignadas por ComexPerú, los piuranos gastamos S/338 por persona para tratar nuestros males y poder adquirir medicamentos, que las farmacias de los hospitales no hay. Y ni que decir de la espera “eterna” para conseguir una consulta o programación para intervención quirúrgica.
“En todos los departamentos aumentó el gasto promedio anual por persona para adquirir medicamentos y atenciones de salud respecto al 2019. Además, casi todo el gasto de bolsillo total a nivel nacional se concentra en la población no pobre, según estimaciones del Minsa. Esto porque las personas en situación de pobreza, que están afiliadas al SIS en su mayoría, no tienen otras opciones para acceder a consultas o medicamentos por su cuenta”, advirtió ComexPerú.
A nivel nacional, el gasto de bolsillo per cápita de los peruanos por atenciones médicas y compra de medicamentos llegó a S/ 444 en el 2023, de acuerdo con las cifras de la Enaho. De ese total, cada persona destinó S/ 275 para atenciones médicas, por la falta de una cobertura efectiva de los seguros de salud, donde se reportó la mayoría del incremento respecto con 2019; y S/ 169 para la compra de medicamentos.
El actual nivel de gasto es producto de la falta de medicinas en los establecimientos públicos de salud. Así, según el estudio “Situación actual del sistema de salud peruano”, elaborado por Videnza Consultores, por encargo de ComexPerú, dos de cada cinco establecimientos del primer y de segundo nivel de atención “no tienen disponibilidad de medicamentos esenciales”.
Ante esta situación, el gremio consideró que “la precariedad del sistema de aseguramiento público no debe seguir ignorándose. El incremento en el gasto de bolsillo encarece el costo de vida y aumenta la desigualdad. Esto debido a que la salud de la población de escasos recursos depende principalmente del Estado”, anotó.