A pesar que la pota escasea en el litoral piurano, bandas de narcotraficantes se las ingeniaron para acopiar un contenedor de este recurso para poder camuflar 1,173.3 kilos de droga de la más alta pureza que tenía como destino final el país europeo de Bélgica. Según la Policía, la mercadería ilegal estaba escondida en una bodega en el puerto de Paita, donde se empaqueto y camufló en modo ladrillo, para evitar ser detectados por los agentes antidrogas.
Se pudo conocer que fueron mil tres paquetes tipo ladrillos los que se encontraron al interior del molusco congelado y se estima que el valor en el viejo continente de esta mercancía sobrepasa los 50 millones de dólares.
En declaraciones, el general Loayza sostuvo que se pudo encontrar hasta tres tipos de paquetes diferentes camuflados en el cargamento contaminado. Cada uno tenía una figura o logotipo distintivo. La más resaltante era la de Ganesha, un dios hindú que representa la inteligencia y la abundancia.
La PNP también encontró un conjunto de paquetes con otros símbolos: como un grupo que tenía la etiqueta con el nombre ‘Alpina’ y uno que representa a la carta del tarot ‘El Sol’. El hallazgo del cargamento de pota contaminada no fue el único. En la misma bodega también se halló un espacio subterráneo en el que se encontraron baldes, mangueras, tubos y otros elementos que incluso tendrían impregnados residuos de cocaína.
En este lugar se corroboró que fueron empaquetados los bloques, pues se encontró un molde con forma de ladrillo.
La PNP logró la detención de tres hombres. Dos peruanos, y un colombiano identificado como Héctor Jaime Ramírez Muñoz, quien sería el representante de la empresa exportadora de la pota congelada.