En las calles de Piura, específicamente en las zonas de Veintiséis de Octubre y Castilla, una nueva ola delictiva preocupa a la comunidad. A diferencia de los tradicionales ‘raqueteros’ y ‘marcas’, desde hace ocho días, una banda conformada por menores ha irrumpido en las tiendas comerciales, cometiendo robos de útiles escolares, productos de oficina, juguetes y otros artículos.
Los robos han sido captados por las cámaras de seguridad de tres centros comerciales situados en Veintiséis de Octubre. Los menores, en su mayoría de entre 10 y 12 años, utilizan pequeñas mochilas para ocultar los productos y, aparentando jugar, ingresan a los establecimientos para apoderarse de lo que encuentren a su paso. En ocasiones, esconden los objetos entre sus ropas personales o dentro de las mochilas.
Lo que destaca en sus métodos es que estos infractores se organizan eficazmente. Mientras uno distrae a los vendedores, los demás aprovechan para salir a la calle con los productos robados. Se presume que en un solo día ingresan a tres o cuatro negocios en un recorrido que abarca las tiendas del centro comercial Real Plaza y otros establecimientos en la Av. Vice, prolongación Grau y Av. Sánchez Cerro en Veintiséis de Octubre.
Empresarios afectados, incluyendo a Félix Chang, han expresado su alarma ante el crecimiento de la delincuencia en todas sus modalidades en Piura y sus provincias. «Ahora se ha detectado la llegada de tres o cuatro menores, cuyas edades serían entre 10 y 12 años, para hurtar mercadería», indicó Chang Apuy.
El empresario subrayó la necesidad de una intervención conjunta de la Policía, el Ministerio Público, el Poder Judicial, las municipalidades y otras instituciones para prevenir estos delitos que están ocurriendo en diferentes puntos de Veintiséis de Octubre. Adicionalmente, expresó su preocupación de que estos menores puedan convertirse en peligrosos delincuentes en el futuro.
Hernán Ruiz Arias, expresidente de la Corte Superior de Justicia de Piura, informó que cuando los niños cometen actos irregulares, infracciones, desmanes o actos ilegales, pueden ser intervenidos por ciudadanos en ausencia de policías especializados y llevados a la Fiscalía de la Familia. Si se detecta que son manipulados por un adulto, este será detenido e investigado conforme a la ley.
«A los infractores se les dicta una medida socioeducativa y luego son entregados a sus padres, los cuales serán amonestados para exigirles un mayor control sobre sus hijos. En casos graves, los infractores serán retenidos, juzgados e internados en el Centro Juvenil Almirante Miguel Grau», señaló Ruiz Arias.
El exmagistrado advirtió que estas conductas reflejan una descomposición en la estructura familiar y la necesidad de crear espacios para niños y fuentes de trabajo para jóvenes y adultos como una medida preventiva urgente.
Con información: La Hora