Leydi Timaná
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Más de tres mil familias de Pedregal, Catacaos, Cura Mori y otras zonas del Bajo Piura que fueron afectadas por el desborde del río Piura participan de la misa al cumplirse hoy un año del fatídico 27 de marzo del 2017.
La ceremonia litúrgica estuvo a cargo del arzobispo de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes, José Antonio Eguren Anselmi quien llegó hasta esta zona para brindar un aliento de esperanza a los miles de pobladores, ya que muchos siguen viviendo en el abandono.
«Ha pasado un año y ciertamente en la memoria de todos nosotros está presente esas terribles horas en donde el río con su inmenso caudal de agua desbordó las defensas e invadió muchísimos lugares del Bajo Piura, trayendo a su paso ciertamente, destrucción y muchísimos de ustedes perdieron todo, cosechas, animales, enseres y sus humildes casas», dijo el arzobispo.
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A pesar de haber perdido todo, Eguren Anselmi señaló que esta gente no perdió la fe en el señor y junto con la fe, la esperanza.
«Hay algo que ustedes no perdieron, que cuando yo iba visitando todos los caseríos aquí del Bajo Piura lo fui palpando y percibiendo, jamás perdieron la fe en el señor y junto con la fe en el señor su esperanza», añadió.
Durante la misa, el Monseñor bendijo a los miles de presentes y entre ellos a Moisés Gael Nizama Garrido quien nació el día de la inundación.
Cabe precisar que las zonas de Catacaos, Pedregal, Cura Mori, entre otros centros poblados fueron los que más sufrieron por los embates de la naturaleza al perder hasta sus casas después que el caudal del río llegara a más de 3 mil metros cúbicos por segundo provocando el desborde.