Un operativo conjunto de la Policía Nacional del Perú (PNP), Aduana Paita, el Ministerio de la Producción (Produce), y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) interceptó un cargamento de 3.122 aletas de tiburón. Las aletas estaban siendo transportadas en un bus interprovincial, disfrazadas como «equipaje de viajero».
El operativo conjunto al bus de transporte interprovincial se realizó cuando este se dirigía hacia Lima. El cargamento tenía un peso total de 165 kilos, únicamente compuesto por aletas extraídas de estos animales, que son altamente demandadas especialmente en el mercado asiático por motivos culinarios.
En el mercado formal, alrededor de 150 gramos de aleta de tiburón seca puede llegar a costar aproximadamente 180 dólares, por lo que el cargamento intervenido por la PNP, Serfor, Aduana y el Ministerio de Producción, podría tener un valor cercano a los 200 mil dólares. Sin embargo, en la actualidad no se conoce cuál hubiese sido el destino final del cargamento luego de llegar a Lima.
Otros cargamentos ya fueron intervenidos
Esta no es la primera vez que se realiza un operativo que termina con la incautación de cargamento similar. En octubre del año 2023 ya se había decomisado un cargamento de 146 kilos de aletas de tiburón (1.617 unidades), que no tenían la documentación regular que permite un transporte y comercialización adecuados y controlado de estos insumos.
En aquella oportunidad el operativo también detuvo a un bus de pasajeros que llevaba este cargamento camuflado como ‘encomienda’ en la carretera de la ruta Piura-Chiclayo con destino a Lima. Al igual que en la intervención actual, también fue realizada por agentes de Aduana Piura, Serfor, PNP y el Ministerio de la Producción.
Unos años antes, en el 2020, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Sullana intervino una vivienda en la que se encontraron alrededor de dos toneladas de aletas de tiburón y caballitos de mar en sacos que tampoco contaban con autorización o licencias.
El cargamento solo de aletas de tiburón consistía en 1.914 kilos distribuidos en 71 sacos de polietileno, mientras que los caballitos de mar estaban almacenados en otros 13 sacos que pesaban 117.85 kilos.