En un incidente que ha generado gran controversia en la región de Puno, dos agentes de la Policía Nacional fueron acusados de sustraer S/1.500 (aproximadamente USD 410) de un pasajero durante un operativo en la carretera Interoceánica, en el distrito de Carabaya. Las rondas campesinas de la zona intervinieron rápidamente tras la denuncia del agraviado, logrando recuperar el dinero y forzando a los policías a confesar el robo.
El afectado, identificado como Hugo Mamani Callata, relató que viajaba con S/5.000 (USD 1,363) cuando los policías, Juvenal Calla Díaz y Roger Hilasaca Chambi, lo abordaron y le aseguraron que sería investigado por lavado de activos si no entregaba una parte de su dinero. Según las rondas campesinas, los oficiales utilizaron intimidación para presionar a Mamani a ceder.
“Le infundieron miedo para que aceptara desprenderse de su dinero”, señalaron las rondas, quienes también revelaron que los agentes ordenaron a Mamani marcharse rápidamente bajo la amenaza de que otros policías actuarían con mayor dureza.
Intervención de las rondas campesinas
Cuando el conductor del vehículo alertó a las rondas campesinas, estas se desplazaron inmediatamente hacia el lugar y retuvieron a los policías en San Gabán, donde fueron confrontados casi en flagrancia. Durante la retención, las rondas exigieron que los agentes confesaran el delito y devolvieran el dinero, advirtiéndoles que, de no hacerlo, aplicarían justicia popular.
Bajo presión, uno de los policías devolvió el dinero, alegando que había sido un error. Posteriormente, ambos agentes fueron forzados a disculparse públicamente y, como castigo, realizaron ejercicios físicos, una práctica habitual dentro de las rondas campesinas como método correctivo.
Rondas amenazan con expulsar a policías
El dinero robado fue devuelto íntegramente a Hugo Mamani, quien recuperó la suma completa. Los dos policías involucrados fueron entregados a las autoridades de la comisaría de Carabaya.
Sin embargo, las rondas campesinas no se conformaron con este desenlace y llevaron el caso a una asamblea. Allí, emitieron una contundente advertencia: si no se toman medidas administrativas y judiciales contra los responsables, expulsarán a todos los policías de la provincia en un plazo de un mes.
Desconfianza creciente en la Policía Nacional
Este episodio resalta la creciente desconfianza entre la población local y las fuerzas del orden en áreas remotas del país, especialmente en una región como Puno, donde las rondas campesinas desempeñan un papel crucial en la seguridad y el orden social.
El caso también pone a la Policía Nacional del Perú en el ojo del huracán, con su actuación siendo severamente cuestionada. Las rondas campesinas esperan que las autoridades competentes tomen medidas rápidas y eficaces para restaurar la confianza perdida entre la Policía y la ciudadanía.