La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos acaba de publicar esta semana un reporte donde se hace un análisis sobre la administración de las vacunas contra la COVID-19 y sus posibles efectos secundarios. Hasta el momento, esta viene a ser la revisión más exhaustiva que se ha hecho sobre el tema.
Cabe precisar que este grupo científico es el más prestigioso de EE.UU. porque tiene una característica significativa: es «completamente apolítico». «Es una academia de científicos que no tiene relación con el Gobierno Federal, no tiene relación con el ambiente político y todo su trabajo se basa principalmente en el análisis científico de los datos», destacó el doctor Elmer Huerta.
Lo que ha hecho este grupo académico fue revisar todo trabajo científico que se ha publicado hasta la fecha sobre los efectos secundarios de la vacuna contra la COVID-19 y se concluyó que las vacunas no están relacionadas con ninguno de los efectos neurológicos que se le atribuyen, como parálisis facial o Guillain-Barré. Asimismo, se descarta que tenga relación con el desarrollo de problemas vasculares, derrames cerebrales e infertilidad en las mujeres. «Todo eso que se había atribuido ha quedado descartado en este reporte», señaló el Dr. Huerta.
No obstante, la organización indica que sí se ha encontrado, sobre todo en la población más joven, una «ligera relación» entre la administración de las vacunas contra la COVID-19 y la inflamación del músculo del corazón, conocida como miocarditis. «Sin embargo, lo que ellos dicen es que el riesgo de miocarditis por una vacuna es cuatro veces menor que el riesgo de miocarditis si a la persona le da COVID-19», remarcó el consultor médico.
Por otra parte, este reporte también hizo un análisis de los daños musculares que se pudieron haber presentado en las personas que se aplicaron la vacuna. «(Los investigadores) encuentran que cuando la vacuna se aplicó cerca a tendones o en la bursa, que es una estructura en el hombro, puede estar relacionada con problemas y dolores crónicos del hombro de acuerdo al lugar de la inyección», señaló.
El doctor Elmer Huerta precisó que no existe producto en la naturaleza que no tenga efectos secundarios. El agua de manzanilla, por ejemplo, tiene efectos adversos en la persona si se toma muy concentrada.
«Dicho eso, cuando tú administras una vacuna a miles de millones de personas van a haber de todas maneras efectos secundarios y a cualquier persona le puede tocar. Aquí es donde está la disyuntiva de las autoridades de salud pública: sabiendo que no existe medicina perfecta, sabiendo que no existe medicamento que esté completamente libre de efectos secundarios, tú tienes que tratar de proteger a la gran mayoría de la población a expensas de que algunas personas puedan presentar efectos secundarios», sostuvo.
«Este reporte viene a sellar y decir que estas vacunas son seguras para la gran mayoría de las personas, no están relacionadas con los trastornos cardiovasculares y neurológicos que se habían atribuido. Y lo que se ha observado, en positivo, con la miocarditis de los niños es que es cuatro veces menor que si les hubiera dado Covid», puntualizó .