La niñez es una de las mejores etapas de la vida, todo lo que sucede deja una huella profunda en la psiquis del niño. Todas las experiencias se convierten en una oportunidad de aprendizaje y disfrute, motivo por el cual, existe una preocupación en los padres por mantener a los niños ocupados en el verano, de preferencia con actividades diferentes a las desarrolladas habitualmente en el año escolar.
Para María Esther Lozano, psicóloga colaboradora de la Facultad de Educación de la Universidad de Piura, las actividades extracurriculares que se pueden realizar en el verano forman parte del proceso de educación de los niños y les ayuda a aprender a convivir de la mejor manera posible, aprender jugando cuando son pequeños y luego desarrollando disciplina y voluntad.
“Lo más importante que deben tener en cuenta los padres es el conocimiento de sus hijos, de sus intereses y necesidades, su carácter y aptitudes, así como sus fortalezas y dificultades, porque eso permitirá definir cómo aprende, qué lo divierte y, así, tener la posibilidad de brindarle un entorno tranquilo y seguro de nuevos aprendizajes”.
De igual forma, recomienda a los padres realizarse algunas preguntas antes de elegir una actividad extracurricular de verano, como, por ejemplo: ¿qué necesita mi hijo este verano?, ¿las actividades extracurriculares lo ayudarán a desarrollarse o serán un factor de estrés?, ¿podemos organizarnos en familia para acudir a estas actividades?
Importancia de las actividades extracurriculares
La especialista señala que, en el proceso de educar, toda actividad que realice un niño le va a permitir desarrollar un aprendizaje personal, es decir, aprender de sí mismo, de lo que hace y cómo lo hace. Además, recuerda que cuando no se ha obtenido el logro académico esperado en el colegio, es común que se dé un reforzamiento en las vacaciones.
Así, explica: “cuando ocurre esto es importante relacionar el aprendizaje con las actividades de la vida diaria, porque de lo contrario, las actividades académicas en la escuela pueden convertirse en un castigo para muchos niños, porque lo mantiene en un estado de alerta, tensión y estrés frente al no saber, lo que convierte el aprendizaje formal en poco significativo”.
María Esther Lozano, psicóloga colaboradora de la Facultad de Educación de la Universidad de Piura, precisa que educar es mirar a la persona en todas sus dimensiones: corporal, cognitiva, emocional, espiritual y social, atendiendo cada una de ellas, por lo que desde la psicología es necesario reconocer las inteligencias múltiples y las diferencias de carácter considerando que la educación va más allá del logro.
Detalla que los niños disfrutan aprender cosas nuevas y que, generalmente, la pasan bien, por lo que las actividades de verano pueden ser un espacio de complemento educativo y de impulso a su individualidad a través de sus capacidades y cualidades personales, así como desarrollar sus habilidades sociales, que se han visto pausadas durante la pandemia.
“Por ejemplo, los niños que realizan alguna actividad musical socializan mejor, los que tocan algún instrumento hablan mejor, mientras que el deporte estimula el cerebro y mejora su funcionamiento”, precisa María Esther Lozano. “De igual forma, el dibujo, el teatro y el cine son excelentes maneras para desarrollar la empatía”.
Es importante que las actividades o talleres que realizan los niños los ayuden en lo que cada uno necesita, desde expresar sus emociones, canalizar su actividad física, desarrollar su creatividad, desarrollar habilidades sociales, etc.
De este modo, si son niños muy inquietos, las actividades deportivas los ayudarán a moldear y armonizar su sistema neurocognitivo. Aquí también se puede considerar el baile. Además, actualmente, todos los niños participan de la tecnología, por lo que también hay talleres de ensamblaje, robótica, desarrollo de videojuegos, entre otros.
Todo nuevo aprendizaje es importante para la vida, la cual es apasionante, impredecible y difícil, como el mar y sus mareas, por lo que las actividades extracurriculares se pueden considerar una invitación al niño para que sea coautor en el desarrollo de su creatividad y ejercite su voluntad. Este año 2022 las actividades extracurriculares representan el preámbulo al regreso a la presencialidad.