La reciente detención de Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), ha generado incertidumbre en el panorama futbolístico peruano. Lozano es investigado por presuntamente liderar la organización criminal «Los Galácticos» y enfrenta cargos de lavado de activos, corrupción y fraude. Ante esta situación, la FPF deberá designar un reemplazo temporal para la presidencia mientras dure la detención preliminar, prevista para 15 días.
Según el organigrama de la FPF, el primer vicepresidente y sucesor inmediato es Arturo Ignacio Ríos Ibáñez, actual presidente del Atlético Grau de Piura. En caso de que Ríos no pueda asumir el cargo, el siguiente en la línea de sucesión es Luis Duarte Plata, presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Áncash.
La organización interna de la FPF establece que el primer vicepresidente debe asumir automáticamente en caso de ausencia del presidente. Sin embargo, cualquier cambio de liderazgo podría requerir la ratificación de la asamblea de bases de la federación, la cual decidirá si procede la sucesión directa o se convocan elecciones para elegir a un nuevo presidente, como ocurrió anteriormente con el expresidente Edwin Oviedo Pichotito.
La detención de Lozano llega en un momento crucial, a pocos días de los partidos de eliminatorias al Mundial de Norteamérica, donde la selección peruana enfrentará a Chile y Argentina. La incertidumbre en la dirección de la FPF plantea retos logísticos y operativos que podrían afectar la preparación del equipo.
Agustín Lozano fue detenido en un amplio operativo ejecutado en simultáneo en varias regiones, incluidas Lima, Huánuco, Amazonas, Piura, Lambayeque y Tumbes. La fiscalía acusa a Lozano y a otros integrantes de «Los Galácticos» de una serie de delitos que incluyen el favorecimiento de la empresa 1190 Sport mediante la manipulación de la comisión de derechos de transmisión de la Liga 1 y la modificación del reglamento para sancionar a clubes opositores.
Otros cargos incluyen el otorgamiento de aportes no justificados a clubes de la Liga 1 y Liga 2, el adelanto de montos de derechos de transmisión a ciertos clubes, la condonación parcial de deudas y el uso indebido de fondos de la FPF para transportar a invitados a encuentros internacionales. Además, se le acusa de encubrir presuntas irregularidades del expresidente Edwin Oviedo.
La asamblea de bases de la FPF deberá definir en los próximos días si se confirma la sucesión de Arturo Ríos o si se abrirá un proceso de elecciones para asegurar una transición ordenada en la dirigencia. Entretanto, los seguidores de la selección peruana estarán atentos a cómo se resolverá esta situación de cara a los cruciales encuentros que definirán su futuro en las eliminatorias.