Muchos estudios han demostrado que el centro de recompensa y placer del cerebro, habitualmente desencadenados por drogas adictivas como la cocaína y la heroína, también puede ser activado por ciertos alimentos, especialmente los que son muy sabrosos, ya sea por su alto contenido de azúcar, grasa o sal.
Los científicos creen que la adicción a los alimentos puede desempeñar un papel importante en la obesidad, pero las personas de peso normal también se pueden ver abocadas a la adicción a determinadas comidas. La diferencia es el metabolismo: sus cuerpos pueden simplemente estar programados genéticamente para manejar mejor las calorías extra que toman, o incluso es posible que aumenten su actividad física para compensar estas comidas en exceso.
Según una investigación publicada en la revista científica Plos One, los cinco alimentos más adictivos son la pizza, el chocolate, las galletas, las papas fritas y el helado.
La autora del estudio, Erica Schulte, descubrió que estos alimentos problemáticos suelen tener una carga glicémica elevada, lo que significa que contienen mucho azúcar y causan un aumento en el nivel de azúcar en sangre. Esas cualidades podrían hacer que fuera más difícil dejar de consumirlos, de la misma forma en la que las drogas sumamente concentradas que se absorben rápidamente en el cuerpo son más adictivas.
Al respecto, Schulte sugiere evitar los alimentos con los que tengamos problemas y siempre que sea posible, procurar preparar nuestros propios alimentos» dice.
Con información de RPP Noticias