En los últimos dos años, el Ministerio de Salud (Minsa) ha registrado un preocupante aumento de más de 21 mil casos de depresión, ansiedad, estrés postraumático y otros trastornos emocionales en Perú. Ayacucho, en particular, se ha convertido en la segunda región con mayor atención de casos, después de Lima Metropolitana, según las estadísticas.
La falta de atención emocional en Perú está vinculada a diversos factores, como la situación económica, el estrés social y la limitada accesibilidad a los servicios de salud mental, según el análisis del Dr. Eduardo Franco Chalco, docente de la Continental University of Florida (C.U.F.).
El Dr. Chalco advierte que la falta de atención emocional puede tener consecuencias graves para la salud mental y física de las personas, desencadenando o agravando trastornos como la depresión, ansiedad y estrés crónico. Estos problemas afectan las relaciones interpersonales, provocan conflictos y aislamiento social, manifestándose también a través de síntomas somáticos y trastornos del sueño.
“Estos problemas pueden repercutir negativamente en la vida laboral y escolar de las personas, así como en su relación con la sociedad en general. Perú ha sido catalogado como uno de los países más desconfiados de Latinoamérica, lo que es evidencia de la falta de atención emocional”, señala el especialista.
Ante esta preocupante situación, el Dr. Chalco destaca la necesidad de medidas tanto a nivel gubernamental como personal. A nivel gubernamental, subraya la importancia de invertir en servicios de salud mental que fomenten la atención preventiva y garanticen el acceso de la población a estos servicios. Es crucial que los peruanos conozcan los canales disponibles para recibir ayuda emocional y que se reduzcan las barreras de acceso.
El experto también ofrece dos recomendaciones prácticas para el cuidado de la salud emocional en la vida diaria:
- Validación de emociones: Reconocer y validar las emociones como respuestas naturales a situaciones de la vida.
- Mindfulness: Practicar la atención plena para estar presente en el aquí y ahora, mejorando la tolerancia a las emociones incómodas.
“A nivel personal, es esencial cambiar las creencias sociales que estigmatizan la búsqueda de ayuda emocional y validar las emociones propias y las de los demás. Comprender que las emociones son respuestas naturales a situaciones de la vida es el primer paso para gestionarlas adecuadamente”, concluye el especialista.