La historia de Piura se inicia en una época bastante temprana, específicamente en el año 1532, en el lugar denominado «Tangarará», en las proximidades del río Chira, donde fue fundada por primera vez la ciudad de «San Miguel» por Francisco Pizarro. Esta sería la primera ciudad del Pacífico Sur, pero nunca se quedó en Tangarará.
Redacción
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Piura es conocida como la Ciudad Errante o Volante por sus tres enclaves previos a su ubicación actual. Es decir en 56 años pasó del valle del Chira, a Piura la Vieja, después a la costa cerca de la actual Paita, hasta ubicarse en 1588 en el asentamiento del Chilcal.
Es así como el 15 de agosto de 1588 el Capitán Juan Cadalso Salazar, designado por el Virrey Conde del Villar Don Pardo, fundó el cuarto y definitivo asiento de la ciudad de Piura.
Cadalso Salazar recorrió la región y luego de inspeccionar la zona se decidió por el lugar donde antes el corregidor Alfonso Forero de Ureña había construido una presa para el mejor aprovechamiento de las aguas del río Piura.
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Ya en sesión de Cabildo se acordó establecer la ciudad en el asiento que los nativos llamaban «el Chical». El nombre que se le asignó fue el de “San Miguel de Villar de Piura”, debido al pedido de los mismos residentes al capitán Cadalso Salazar, que deseaban conservar el nombre que en una anterior fundación se le había dado; y la segunda, como homenaje al Virrey, que tenía el título de Conde del Villar.
El primer asiento de Piura fue en Tangarará, en el exuberante valle del Chira y cerca de la actual provincia de Sullana, pero sus habitantes pronto empezaron a sufrir los embates del paludismo por lo que Diego de Almagro ordenó el traslado.
El segundo asiento aconteció dos años después, en el valle del Alto Piura, en el lugar que ahora se conoce como Piura La Vieja y a inmediaciones de la hacienda Monte de los Padres en la actual provincia de Morropón, contándose con tierras muy fértiles para el cultivo y pastos. Pero luego de un riguroso período pluvial o Mega Niño sus habitantes resultaron afectados con males en los ojos y decidieron migrar una vez más.
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El tercer asiento fue en el año de 1578 en lo que hoy es el puerto de Paita, refundándose la ciudad con el nombre de San Francisco de la Buena Esperanza, pero el sitio resultó muy expuesto a los ataques de los piratas quienes la destruyeron en 1587.
Fue a partir de ese año que con autorización del Virrey Fernando de Torres y Portugal, Conde del Villar, sus habitantes se mudaron a su actual y definitiva cuarta ubicación entonces conocida en el siglo XVI como el asiento del Chilcal. Refundándola el Capitán Juan Cadalso Salazar.