María Solana Bauza, de 21 años era fotógrafa argentina y estudiante de Psicología y viajó el 27 de enero a Perú. Por casi dos meses, trabajó con una ONG cuidando a pacientes sin familia en el hospital de Piura. Al término de sus tareas en el hospital, tenía el gran sueño era conocer Machu Picchu .
Pero en el regreso a Cuzco, una piedra que se desprendió del camino de cornisa por el que circulaba la camioneta, cayó sobre el vehículo y la aplastó. Solana tuvo heridas en la columna y en el cuello, y falleció camino al hospital en Santa Teresa. Otros tres pasajeros de la excursión también resultaron heridos: Camila López, una mendocina de 20 años que sufrió heridas leves y fue dada de alta ayer. Las alemanas Frause Mirjan, y Eva Lorens Lovisa, ambas de 19 años, permanecían internadas en el hospital de Santa Teresa.
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«Estamos destrozados. La estábamos esperando. Nos quería contar muchas cosas del viaje. Estaba tan emocionada con su trabajo como voluntaria. No podemos creer este final», contó a La Nación, Rubén Castagno, la pareja de la madre de Solana, muy conmocionado por la noticia. La familia de la joven, que vive en Coronda, Santa Fe, se preparaba anoche para viajar a primera hora de hoy a Perú, para poder traer al país cuanto antes el cuerpo de su hija.
En las últimas semanas se produjeron otros dos derrumbes en la zona, que se cobraron la vida de una obrero y la de una mujer que vivía en la zona. Entre enero y marzo, la temporada alta de lluvias que se registra en el país vuelve intransitables y peligrosos esos caminos, ya que son constantes los desprendimientos. De hecho, Defensa Civil de Perú informó que en el período de lluvias ya han muerto 23 personas por los desprendimientos. En la zona del accidente en el que murió la turista argentina regía una alerta por desprendimientos de piedras y aludes.
Fuente: La Nación