El papa Francisco participó en la misa de Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro el domingo, solo un día después de su alta del hospital por bronquitis.
Unos 30.000 fieles estuvieron presentes, según el Vaticano, portando las tradicionales hojas de palma y ramas de olivo.
Francis permaneció sentado durante la mayor parte de la misa debido a un problema continuo en la rodilla. El Cardenal argentino, Leonardo Sandri, Vicedecano del Colegio Cardenalicio celebró misa en el altar.
La voz del papa Francisco fue un poco más suave de lo habitual cuando pronunció la homilía, hablando de aquellos que han sido abandonados por la sociedad.
“Pueblos enteros son explotados y abandonados; los pobres viven en nuestras calles y miramos para otro lado”, dijo el papa. “Los migrantes ya no son rostros sino números; los presos son repudiados; personas descartadas como problemas. Innumerables otros abandonados están entre nosotros, invisibles, escondidos, descartados con guantes blancos: los niños por nacer, los ancianos que viven solos, los enfermos a los que nadie visita, los discapacitados que son ignorados y los jóvenes agobiados por un gran vacío interior, nadie se preparó para escuchar su grito de dolor», afirmó.
“Recordemos que los rechazados y excluidos son iconos vivos de Cristo… Dios no nos ha dejado solos; cuidemos, pues, de aquellos que se sienten solos y abandonados”, dijo.