El asesinato de la enfermera Kimberlit Tapia Ortiz, cuyo cuerpo fue hallado calcinado el pasado martes 17 de setiembre en Cieneguilla y que tiene como principal sospechoso a su pareja sentimental, Joshua Huamán, ha reavivado el debate público sobre cómo actúan las mujeres peruanas frente a situaciones de violencia.
La directora ejecutiva del Programa Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), Patricia Garrido Rengifo, señaló que más del 53 % de las mujeres en el Perú han sido víctimas de algún tipo de violencia por parte de su esposo o pareja, según el último informe del INEI. De ese total, solo el 29.7 % ha acudido a alguna institución del Estado en busca de ayuda; es decir, aproximadamente 3 de cada 10 sobrevivientes optaron por denunciar las agresiones ante entidades públicas.
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“Si bien es cierto, hemos tenido una disminución de los casos de violencia comparado al 2009, donde cerca de 8 de cada 10 mujeres declararon haber sido víctimas en algún momento de su vida, todavía nos queda una brecha muy grande por trabajar sobre todo en la prevención”, comentó en el programa Andina al Día.
Según la encuesta del INEI, el 45,3 % de las víctimas de violencia física por parte de sus parejas buscaron apoyo en personas cercanas. La mayoría acudió a sus madres (39,0 %), seguidas por amistades o vecinos (18,9 %), hermanas (15,5 %), padres (14,9 %), otros familiares (12,5 %) y parientes de la pareja (11,3 %), entre otros.
El problema, indicó Garrido, surge cuando estas personas, en lugar de ofrecer un apoyo socioemocional que motive a las víctimas a denunciar, justifican la violencia con frases como “así son los hombres”, “ya se le pasará” o “piensa en tus hijos”. Esta actitud se refleja en 6 de cada 10 peruanos, que justifican o toleran algún tipo de maltrato contra las mujeres.
Entre las víctimas de violencia física encuestadas que decidieron no buscar ayuda, el 45,0 % afirmó que no lo consideraba necesario, el 16,8 % mencionó sentir vergüenza, y el 11,1 % indicó no saber adónde acudir o desconocer los servicios disponibles. Por otro lado, el 17,9 % expresó algún tipo de miedo, como temor a que le pegaran de nuevo a ella o a sus hijos, o causarle problemas a la persona que le pegó.