En el Perú existen 200 mil personas que sufren de Alzheimer que es una enfermedad degenerativa que causa pérdida de memoria y cambios en el comportamiento, según estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa).
Redacción
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Es importante entender la evolución de esta enfermedad para dar el cuidado adecuado a los pacientes que la sufren, siempre procurando hacerlo con paciencia y mucho amor. Ana Albarracín, docente de la Carrera de Enfermería del Instituto Carrión, brinda algunos consejos que podemos poner en práctica para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de Alzheimer, basados en ejercicios, nutrición y cuidado emocional.
Ejercicio
Las personas con Alzheimer deben practicar deporte en forma regular; el ejercicio ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y a mejorar el estado de ánimo.
Puede practicarse actividades como la caminata diaria. Es importante que el paciente lleve consigo una identificación o use un brazalete de alerta médica si camina solo. En caso la persona no pueda salir a caminar se recomienda usar una bicicleta fija o hacer ejercicios en una silla.
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Nutrición
Las personas que padecen esta enfermedad pueden olvidarse de que tienen que comer, pueden perder el interés en preparar las comidas o no ingerir una combinación de alimentos saludables.
También pueden olvidarse de beber líquidos, y esto puede provocar deshidratación y estreñimiento. Es necesario mantener una dieta con bajo contenido de grasas y alto contenido de frutas y vegetales que ayude a proteger la salud cognitiva. Se debe evitar las bebidas con cafeína, pues pueden aumentar la inquietud, interferir en el sueño y provocar la necesidad de orinar frecuentemente.
Cuidado emocional
Tener compromisos sociales y estimulación intelectual puede hacer que la vida sea más satisfactoria y además ayuda a preservar la función mental.
Las personas con la enfermedad de Alzheimer experimentan una mezcla de emociones: confusión, frustración, ira, temor, incertidumbre, aflicción y depresión. Podemos ayudarlas a enfrentar la enfermedad escuchándolas, asegurándoles que todavía pueden disfrutar de la vida, y haciendo todo lo posible para que no pierda la dignidad ni la autoestima.
Hay que evitar las situaciones nuevas, los grupos grandes de personas, apurar o presionar a la persona enferma para que recuerde algo o pedirle que haga tareas complicadas, pues esto les causa ansiedad. En general, un ambiente tranquilo y estable en el hogar ayuda a reducir los problemas de conducta.
Fuente: Correo