La mañana de hoy, ante la presencia de gran cantidad de fieles congregados, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, Arzobispo Metropolitano de Piura, presidió la Santa Misa en la Basílica Catedral de nuestra ciudad, correspondiente al II Domingo de Cuaresma.
Redacción
prensa@noticiaspiura30.com
Al iniciar su homilía y reflexionando en el mensaje del evangelio, nuestro Pastor dijo: “Para comprender el pasaje de la Transfiguración que nos ha sido proclamado el día de hoy (ver Lc 9, 28-36), es importante hacer memoria de lo que había ocurrido seis días antes, cuando Jesús les había manifestado a sus discípulos que en Jerusalén le aguardaba el rechazo, la pasión y la cruz. Imaginémonos como estaría el ánimo de los apóstoles y en particular el de Pedro.
Estarían sumidos en un abatimiento total: ¿Jesús, su Maestro y Señor, rechazado y crucificado? ¡Increíble! ¡Imposible! De hecho, su idea del Mesías no era esta, y Jesús se les había mostrado no como poderoso y dominador al estilo del mundo sino como siervo manso y sufriente dispuesto a dar su vida por todos. Como bien se pregunta y responde el Papa Francisco: «¿Cómo se puede seguir a un Maestro y Mesías así? La respuesta llega en la Transfiguración: una aparición pascual anticipada»”.
|LEER MÁS>>> Miércoles de Ceniza: mañana inicia la Cuaresma
Monseñor Eguren resaltó el gran significado que encierra el episodio de la Transfiguración del Señor: “Tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan, sus tres discípulos predilectos, Jesús se transfiguró delante de ellos en lo alto de un monte.
Finalmente, Monseñor Eguren exhortó a los presentes a recordar que: “La Cuaresma debe llevarnos a una experiencia de oración no para evadirnos de lo cotidiano, sino para que, gozando de la familiaridad con Dios en Cristo, podamos vivir con renovado vigor el camino trabajoso de la cruz de cada día que nos lleva a la resurrección.