El último día del año es un momento para reflexionar sobre los eventos pasados y establecer metas para el siguiente año.
Muchos aprovechan este tiempo para pensar en deseos como tener abundancia económica, viajar, mejorar la salud o dedicar más tiempo a los seres queridos. Además, es un período en que se realizan rituales y cábalas para atraer la buena suerte, amor y prosperidad.
Una de las tradiciones más populares en Hispanoamérica es comer doce uvas a medianoche, una por cada mes del año, mientras se pide un deseo para cada una. Esta costumbre tiene su origen en España, cuando un grupo de madrileños comenzó a comer uvas durante las campanadas de Año Nuevo, como una forma de ironizar con la tradición de la clase burguesa.
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Otra creencia común es la de usar ropa interior de ciertos colores para atraer energía positiva: el amarillo para la abundancia económica y el rojo para el amor. Algunas versiones dicen que la ropa interior debe ser regalada o utilizada al revés para que funcione.
Para quienes desean viajar, existe la tradición de dar un paseo con una maleta a la medianoche. Este gesto simboliza nuevas aventuras en el año entrante, ya sea cerca o en destinos lejanos. Algunos creen que mientras más grande sea el paseo, más lejos se llegará en los viajes.
El ritual de poner dinero dentro del zapato derecho se asocia con atraer prosperidad y estabilidad económica. Esta práctica busca atraer abundancia en el nuevo ciclo.
También, se cree que comer lentejas en Año Nuevo trae buena suerte y prosperidad. Algunas personas también lanzan un puñado de ellas al aire a medianoche y luego lo guardan en la billetera. Además, hacer una limpieza profunda en el hogar el último día del año es otra tradición para eliminar malas energías y atraer cosas positivas para el nuevo ciclo.
Finalmente, también se tiene la superstición de abrir todas las puertas de la casa a las 00:00 del 1 de enero, para permitir que lo negativo del año pasado salga y darle la bienvenida al nuevo año con una energía renovada.