A vísperas de celebrar las fiestas navideñas, las autoridades de Salud realizaron una operación en el mercado minorista Las Capullanas, en el distrito Veintiséis de Octubre, con el propósito de evitar la comercialización y venta de juguetes sin registro sanitario y que contengan elementos tóxicos.
El director de regulación y fiscalización sanitaria de Diresa (Dirección Regional de Salud), Miguel Ruiz, mencionó que tiene la labor de verificar si los juguetes cuentan con la autorización respectiva.
«Si el juguete no tiene el rotulado que dice Digesa Lima, eso quiere decir que el importador no ha pasado la supervisión en los laboratorios de Digesa (…) sobre todo en el contenido de los metales pesados que son los más contagiosos en la salud «, explicó.
Ruiz indica que los laboratorios de la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) se encargan de analizar los metales pesados que contienen los juguetes para aprobar su comercialización.
«En el laboratorio debemos determinar en qué porcentajes están (los metales pesados), por ejemplo, tenemos el plomo, cadmio, el molibdeno, son metales que deben estar en un porcentaje mínimo, de lo contrario son tóxicos y no se deben comercializar», indicó el director.
Los 22 juguetes decomisados no contenían el registro sanitario, por lo que se procedió a retirarlos inmediatamente. Asimismo, resaltó que gracias a las campañas que realizan durante el año, se están viendo resultados.
«No tienen el rotulado de Digesa. A simple vista vemos que son juguetes llamativos que contienen estos metales, y al no tener el visto bueno de Digesa Lima se incautan definitivamente. Gracias a Dios vemos que aquí en Las Capullanas vamos decomisando 22 juguetes, y nos parece que gracias a las diferentes campañas que hacemos durante todo el año, la diresa Piura está dando los resultados debidos», manifestó.
Los operativos buscan controlar la comercialización de juguetes que puedan causar problemas de salud y aprendizaje en los menores.
«La presencia de estos objetos tóxicos muchas veces el niño se lo lleva a la boca, lo manipula (…) y podría llevar a enfermedades muchas más profundas que pueden causar la muerte», concluyó Ruiz.