La Comisión Multisectorial encargada del Estudio del Fenómeno El Niño (Enfen) mantiene activo el estado de alerta de El Niño de magnitud débil debido a que se mantiene el esperado arribo de una onda Kelvin cálida en el mes de marzo y que se espera continúe el debilitamiento de los vientos alisios.
Redacción
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En lo que resta del verano en la costa Norte y centro del Perú se mantendrían las anomalías positivas de la temperatura del mar y del aire. Frente a este escenario sumado a la estacionalidad y a las anomalías atmosféricas de corto plazo, es más probable particularmente en marzo la ocurrencia de días lluviosos en zonas puntuales de la costa norte y centro, más no extraordinarias como los años 1983, 1998 y 2017.
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La temperatura superficial del mar en el Pacífico ecuatorial se mantiene con anomalías positivas, pero con valores menores con relación al mes de diciembre del 2018, del orden de +0.5 °C tanto en la región central como en el extremo Oriental.
El índice costero El Niño (ICEN°) determinado para el mes de diciembre y el ICEN temporal de enero indican condiciones cálidas débiles.
En el Pacífico ecuatorial occidental (proximidades a Indonesia y Australia), la influencia de las ondas ecuatoriales atmosféricas e intensificación de los vientos del oeste sobre la circulación atmosférica, han reforzado la presencia de flujos ascendentes sobre esta región. Si bien, este patrón favorece el desarrollo de El Niño en el Pacífico central, hasta el momento los indicadores atmosféricos del mismo permanecen neutrales, no observándose un claro acoplamiento océano-atmósfera.
Según los datos observados, la onda Kelvin fría esperada habría iniciado su llegada a la costa peruana, mientras que la onda Kelvin cálida proyectada, continúa su desplazamiento hacia el este (140 °W). Así mismo, se evidencian anomalías de viento del oeste en el centro del Pacífico occidental (170 °E- 160 °W), región Niño 4.
El anticiclón del Pacífico Sur (APS) continuó intenso, pero al sureste de su posición habitual, por lo que predominaron las anomalías negativas de presión frente a la costa peruana. Esta situación atmosférica sigue contribuyendo al debilitamiento de los vientos alisios a lo largo de la costa y a la persistencia de las anomalías positivas de la temperatura superficial del mar y del aire