Un adolescente de 17 años, estudiante de un colegio militar de Piura, confesó ante el personal de la sección de Homicidios de la Divincri ser el asesino del decorador Frank Paul Curay Navarro (40), quien fue degollado y quemado al interior de una casa.
¿Qué lo llevó al menor cometer este cruel asesinato? Según su testimonio, a las 11 de la noche del último viernes llegó a la vivienda que alquilaba Curay en la calle Ricardo Palma, en la urbanización Piura. Los vecinos no sospechaban del terrible desenlace.
El adolescente había decidido enfrentar al decorador y acabar con todo, pues aseguró a los agentes que él lo obligaba a mantener dicha relación sentimental, incluso la víctima amenazaba con publicar las fotografías y vídeos íntimos de ambos que guardaba en su celular y una tablet. Lo que más lo perturbaba es que sus familiares, amigos y enamorada se enteraran de esta situación. Según la Policía, llevaban ocho meses de relación.
De pronto se suscitó una fuerte discusión y fue en ese momento que el adolescente tomó un vidrio de una copa y no una lata de atún como se pensaba para cortar el cuello de su pareja, provocándole una profunda herida de 20 centímetros de largo. Frank murió desangrado.
Desesperado por lo que había hecho prendió fuego al cuerpo para desaparecerlo, pero esto no se concretó porque los moradores se percataron de la humareda y llamaron a los bomberos. Ya para esto el chico logró huir corriendo y se llevó el celular y una tablet, para luego destruirlos y dejarlos abandonados. La Policía recuperó los chips y memorias que serán analizados por peritos.
El menor de 17 años se refugió en su domicilio hasta que los detectives lo ubicaron en el conjunto habitacional Enace, en el distrito Veintiséis de Octubre. Tras ser trasladado a la sede de la Divincri, acompañado de su madre, y luego de un largo interrogatorio entre sollozos reconoció su culpa y dijo sentirse arrepentido.
Para la Policía el móvil del crimen sería pasional, sin embargo la familia de la víctima ha rechazo esta tesis, pues ha considerado que la sustracción del celular y la tablet lo hacen responsable del delito de robo agravado con subsecuente de muerte. Si tuviera los 18 años, podría afrontar la cadena perpetua en caso se confirme esta hipótesis. Además, el hermano de Frank sospecha que se haya apoderado de los ahorros del decorador.
La investigación sigue su curso. Por un lado, el dolor de la familia del infortunado que exige justicia y la máxima condena, pues sabe que al ser menor de edad afrontará una sanción de 10 años de internamiento en un centro juvenil, y por otro lado, el dolor de los familiares del estudiante.