La muerte de Nilo Burga Malca, empresario vinculado a supuestos sobornos en el programa Qali Warma, ha encendido las alarmas sobre una posible trama de corrupción, encubrimiento y asesinato. Burga fue hallado sin vida el último martes, en una habitación del hotel Luz y Luna, ubicado en Magdalena, con un profundo corte en el cuello y otros indicios de violencia en su cuerpo.
En la habitación donde se encontró el cadáver, la Policía descubrió dos cuchillos. Uno de ellos estaba junto al cuerpo de Burga, quien yacía sobre la cama en posición boca arriba. Por la mañana, el abogado de Burga, César Eucástegui, sugirió que podría tratarse de un suicidio, basándose en una carta hallada en el vehículo del empresario, aparentemente dirigida a su familia y a la Fiscalía.
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Sin embargo, esta teoría perdió fuerza por la tarde, cuando el propio abogado afirmó que las evidencias recopiladas daban indicios de un posible homicidio. El certificado de necropsia reveló cortes en la mano izquierda y la zona torácica, descartando la hipótesis inicial de suicidio.
La Fiscalía sostiene que Burga habría pagado sobornos a funcionarios de Qali Warma para evitar sanciones y garantizar contratos con el programa. Se sospecha que Fredy Hinojosa, entonces director de Qali Warma y hoy vocero del gobierno de Dina Boluarte, emitió resoluciones que favorecieron a Frigoinca, mientras Burga coordinaba estos beneficios desde las sombras.
La conexión de Burga con presuntas prácticas corruptas pone al Gobierno en el centro de las críticas. Según el testimonio de Noemí Alvarado, extrabajadora de Frigoinca, estas irregularidades se habrían iniciado cuando Boluarte era ministra de Desarrollo e Inclusión Social, cartera que supervisa Qali Warma.
