«Me he convertido en un asesino pero no lo soy», fueron las palabras de Néstor Rubén Burgos Arca (65) durante la audiencia de prisión preventiva donde se le dictó nueve meses por ser el autor del asesinato de su esposa Patricia Guerra Rodríguez (59).
Redacción
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Burgos Arcas detalló que la discusión se inició luego que la ahora occisa llegó cerca de la medianoche de una reunión en un taxi y la habría visto con otro hombre, pese a ello la esperó adentro de su vivienda ubicada en la urbanización Lagunas del Chipe y al preguntarle se inició todo el problema terminando con la vida de Patricia.
«Quiero pedir disculpas, yo sé que mucha gente me conoce, me he convertido en un asesino pero no lo soy. Yo amo mucho a mi esposa. Yo le preguntaba que me había engañado y no me decía», dijo Burgos Arca.
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Explicó que el hecho no fue premeditado sino que espero que ella entre y ahí fue cuando empezaron a discutir, incluso ella le pidió que le prepare un café y este lo hizo pero la discusión se torno más violenta terminando acuchillando a la madre de familia.
«Ella me dijo que yo soy su empleado y que tengo que hacer todo lo que ella ordene y así me decía. Me pidió un café y ahí fue que dejé la taza en la mesa con un cuchillo y seguimos discutiendo y yo estaba totalmente hiriente e hice lo que hice», indicó.
Asimismo, sostuvo que durante el hecho solo estuvieron los dos y no amenazó a nadie. Fue después del hecho que llegaron las demás personas a auxiliar a Guerra Rodríguez. Según se conoció el hombre fue encontrado en la ducha ensangrentado siendo llevado hasta el nosocomio.
En tanto la fiscal detalló que Guerra Rodríguez recibió cuatro cortes en la espalda que le perforó el pulmón y llegó hasta el corazón provocándole una hemorragia y posterior su muerte.
Cabe señalar que, la prisión preventiva contra Néstor Burgos se basa en el cumplimiento de los tres requisitos que establece el Código Procesal Penal; que existan graves y fundados elementos de convicción que vinculen al procesado con el delito, que la pena probable a imponer supere los cuatro años de pena privativa de la libertad y que exista peligro procesal.
En tanto, la condena probable a imponer por este hecho, superaría los 30 años de pena privativa de la libertad.