Aprendió a coser a los 18 años. Había crecido entre hilos, máquinas y los demás implementos de la sastrería familiar. Sus abuelos, sus papás, sus tíos y hasta sus hermanos, todos dedicados al rentable negocio de la costura. Esta es la historia de un joven piurano, que como muchos, sueña con alcanzar el éxito a base de trabajo y esfuerzo diario.
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Luis Ángel Sandoval Ortíztiene 24 años y es el tercero de cinco hermanos. De ellos, cuatro se han dedicado a la sastrería. El último se convirtió en policía. Juntos han sido el soporte de su mamá tras la repentina muerte de su padre. Dan gracias a Dios porque «trabajo nunca les falta».
«Para ser sastre se necesita bastante pulso, paciencia y buen humor. ¡Ah!…y saber innovar, porque el público ahora ya viene con sus fotos y hay que hacer los modelos tal cual los piden», expresa el joven microempresario.
En la era de la tecnología, Luis Ángel asegura que ha aumentado la demanda de sastres.
«Nos piden los blazer con diseño para las jovencitas y señoras, ternos para jóvenes, niños, adultos. Para todos los gustos».
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El joven sastre cuenta que hace tres años, cuando decidió formar su familia(ahora es padre de un niño), se puso como meta tener su propio negocio en el Mercado de Telas. Con la ayuda de su esposa , de su madre y de un préstamo bancario montó la sastrería D´ Luis, con la que está cumpliendo su sueño a base de esfuerzo, trabajo y algunos pinchazos que nunca faltan. Son gajes del oficio, que le permiten mantenerse despierto mientras continúa cosiendo pantalones, camisas, ternos y todo lo que demanda el público.