La malarrabia es un plato tradicional que se consume en Piura, particularmente, durante la Semana Santa y representa un legado histórico y religioso de esta región norteña.
Para Martín Alburqueque Chunga, con más de 25 años, entre fogones, hablar de malarrabia es referirse al plato que identifica y representa a la Semana Santa y a Catacaos, distrito piurano donde -según la costumbre- se comen los mejores platos de malarrabia de la región.
“Es un plato histórico, que nos identifica a nivel nacional e internacional. Es un plato lleno de sabores, que da contexto y se funda en la mezcla del plátano maduro y el queso”, indica desde “La Casa de Martín” en la calle Alejandro Taboada 721, en la Heroica Villa.
En ese punto puntualiza que la calidad del pescado es esencial y para él, un cabrillón, destaca nítidamente, “es lo mejor para el sudado” afirma, mientras va cortando uno de 4 kilos 200 grs.
En su labor de mover sus ollas, agregar aliños y verduras, Alburqueque Chunga señala que la menestra por excelencia es el arvejón, un arroz bien graneado, el sudado de pescado, con su ración generosa de chicha fresca.
El “otro secreto”, que todos conocen, se refiere a la mezcla fabulosa de plátano de freír maduro y queso fresco, que acompañan el arroz y el sudado, potaje que cuando lo saborean europeos, mejicanos, etc., reciben elogios muy significativos.
Receta piurana
Pese a existir locales que ofrecen la malarrabia en otras ciudades de la región o del país, Martín es enérgico en señalar que la receta original es de Catacaos.
En tal sentido, pidió a sus colegas defender la misma y ser cortantes con las nuevas generaciones que por “distinguirse” quieren hacer de la malarrabia un plato gourmet. “La malarrabia es un plato cultural, típico, tradicional de Catacaos», defiende firme.
Por eso, debemos defenderlo y propagarlo a todo nivel, especialmente a la niñez y juventud, que por comer snacks, milanesas, hamburguesas, entre otros potajes se alimentan mal y van dejando en el olvido recetas ancestrales como la malarrabia, agrega.
Por eso, invitó a probarla a un grupo de niños que reciben clases de reforzamiento en su local, temprano.
Pese a conocer que cocinar a leña otorga un plus a la cocina pidió parar la tala de algarrobos y aprender a condimentar y cocinar mejor los platos típicos.