El fin del matrimonio es la procreación de los hijos; esta realidad exige asumir la paternidad de manera responsable ya que todo niño tiene derecho a recibir el amor de sus padres y los cuidados necesarios para su maduración íntegra y armoniosa; hoy, no es fácil asumir la paternidad con toda responsabilidad.
Que la oración y reflexión, en este día de novena, afiance la responsabilidad de los padres, de manera que redunde en bien de los hijos y en el bienestar de sus hogares.
ORACIÓN INICIAL
PALABRA DE DIOS: Mt 1,18-24
“Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.”
REFLEXIÓN
En este tercer día de novena nos encontramos con José como el protagonista singular del relato evangélico, al haber asumido el compromiso formal de desposarse con María.
Seguido al desposorio, surge una realidad: María está esperando un hijo. Esa situación lo incomoda; quiere cambiar su proyecto matrimonial repudiando en secreto a su mujer; la intervención oportuna de Dios y la fe y apertura a Dios de parte de José, le permite entender lo sucedido y acoge a María como su esposa y, luego a Jesús y asume las exigencias que, en su condición de padre putativo, debe cumplir responsablemente, porque sabe que el Niño tiene una misión especial que realizar en bien de la humanidad.
El ejemplo y modelo de padre que encontramos en San José, deben tenerlo presente los padres de familia, en sus hogares y llevarlo a la práctica asumiendo responsablemente el cuidado de sus hijos, de manera que su amor orientador los ayude a madurar, les muestre el rostro materno y paterno del Señor y reciban como “don” (regalo) las cualidades espirituales del amor.
DIÁLOGO Y COMPROMISO
En la actualidad, la familia atraviesa por muchas dificultades, ¿qué situaciones familiares exigen mayor responsabilidad de parte de los padres?
Compromiso
En este tercer día de novena nos comprometemos a cultivar el valor de la responsabilidad en nuestros hijos, mediante nuestro ejemplo.
Valor a vivir
La responsabilidad.
PETICIONES
En este tercer día de novena, elevemos nuestras peticiones al Señor que, formando parte de la familia de Nazareth, recibió de José el ejemplo de padre amoroso, responsable, trabajador y creyente. A cada petición respondemos: Dios, Padre de bondad, escúchanos.
– Para que los esposos se amen como Jesús amó a su Iglesia y se sacrifiquen el uno por el otro y por sus hijos. Oremos.
– Para que los esposos se mantengan en la fidelidad que se prometieron al unirse en matrimonio y sean ejemplo de amor para sus hijos. Oremos.
– Para que los padres sean responsables de sus hijos, procurándoles lo necesario para crecer y desarrollarse como seres humanos y como cristianos. Oremos.
– Para que en el cumplimiento de sus deberes de padres, experimenten la presencia de Dios y la felicidad de su hogar. Oremos.
Niño Jesús, que al formar parte de una familia, experimentaste el amor y la responsabilidad de tus padres, ayuda a los padres de familia a ser amorosos y cumplidores de las obligaciones para con sus hijos. Te lo pedimos a Ti, que eres Dios y vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
ORACIÓN FINAL
Dios, Padre de bondad de quien procede toda paternidad nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén (F)
Fuente: El Universo