En la madrugada de este sábado, más de 100 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas tras un bombardeo del Ejército de Israel en una escuela en Ciudad de Gaza, ubicada en el norte de la Franja de Gaza. La escuela Al Tabaín, en el barrio de Al Daraj, servía como refugio para desplazados por la guerra. El grupo islamista Hamás, que controla el enclave palestino, informó sobre el ataque y denunció que se llevó a cabo mientras los refugiados realizaban la oración del amanecer.
En un comunicado, Hamás condenó el ataque, calificándolo como un «crimen de genocidio y limpieza étnica» y responsabilizó tanto a Israel como a Estados Unidos, su principal aliado y proveedor de armas. «Debido al horror de la masacre y al gran número de muertos, los equipos médicos, de Defensa Civil, de socorro y emergencia aún no han podido recuperar todos los cuerpos», añadió Hamás.
Imágenes desgarradoras que circulan en redes sociales muestran cuerpos destrozados entre los escombros, mientras civiles intentan recolectar los cadáveres utilizando cobijas en lugar de camillas.
Israel ha reconocido el ataque, afirmando que se trató de una operación «con precisión» dirigida contra terroristas de Hamás que operaban dentro de un centro de comando y control ubicado en la escuela Al Tabaín. Según el comunicado militar israelí, el centro de mando servía como escondite para los líderes de Hamás, desde donde se planearon y coordinaron varios ataques contra las tropas israelíes. Además, el Ejército aseguró haber tomado «numerosas medidas para mitigar el riesgo de dañar a civiles», incluyendo el uso de municiones precisas, vigilancia aérea e información de inteligencia.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, bajo control de Hamás, no ha actualizado el número total de víctimas desde el jueves pasado, cuando reportó 39.699 muertos y 91.722 heridos, la mayoría de ellos niños y mujeres. A estos se suman 10.000 desaparecidos bajo los escombros y 1,9 millones de desplazados que enfrentan una crisis humanitaria sin precedentes, marcada por la destrucción masiva, el colapso de los hospitales, brotes de epidemias, y la escasez crítica de agua potable, alimentos y medicinas.
La guerra, que comenzó el 7 de octubre del año pasado tras un ataque de Hamás contra Israel que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados, ha provocado una devastadora ofensiva israelí en toda la Franja de Gaza por aire, tierra y mar. Ayer, al menos 14 civiles, incluidos 2 periodistas, murieron en Jan Yunis, una ciudad del sur de la Franja, tras una nueva incursión de tropas terrestres israelíes luego de una evacuación parcial de los civiles.