“Yo te curo y Dios te sana”, solía decir San Martín de Porres, el santo de la escoba y patrono de los barberos, a los grandes señores y hombres sencillos que acudían en busca de su ayuda. Su fiesta se celebra cada 3 de noviembre.
Hoy 14 de marzo la Comisión de Cultura del Congreso aprobó por unanimidad el dictamen recaído en el PL 2131 que declara el 03 de Noviembre como Día Nacional del Santo Peruano «San Martín de Porres».
La propuesta fue presentada por el congresista Victor Albrecht quien posteó en su cuenta de Twitter la aprobación del nuevo dictamen.
#SanMartínDePorres
Se aprobó por unanimidad en la Comisión de Cultura del @congresoperu, el dictamen recaido en el PL 2131 que declara el 03 de Noviembre como Día Nacional del Santo Peruano « San Martín de Porres». pic.twitter.com/6Kg53to7lU— Victor Albrecht (@VictorAlbrecht_) 13 de marzo de 2018
Un poco de historia
San Martín nació en Lima en 1579. Desde niño sintió predilección por los enfermos y los pobres. Aprendió el oficio de barbero y algo de medicina. A los quince años pidió ser admitido como “donado”, en el convento de los Dominicos.
En su servicio de enfermero no hacía diferencia entre pobres y los que más tenían, aunque tuvo que pasar por experiencias de incomprensión y envidia. En 1603 hizo su profesión religiosa.
Con ayuda de Dios, realizaba algunos milagros de curaciones instantáneas o en ocasiones bastaba su presencia para que el enfermo desahuciado empezara a recuperarse. Hay quienes lo vieron entrar y salir de recintos con las puertas cerradas, mientras que otros aseguraron haberlo visto en dos lugares distintos a la misma vez.
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Era tanto el cariño y admiración que le tenían al Santo peruano que hasta el Virrey de aquel entonces fue a visitarlo en su lecho de muerte para besar su mano. Murió un 3 de noviembre de 1639, besando el crucifijo con gran alegría.
San Martín es recordado con la escoba, que es símbolo de su humilde servicio. Por ello, San Juan XXIII al canonizarlo en 1962 dijo: “¡Ojalá que el ejemplo de Martín enseñe a muchos lo feliz y maravilloso que es seguir los pasos y obedecer los mandatos divinos de Cristo!”.