Fue un lunes 27 de marzo del 2017 en el miles pobladores del Bajo Piura amanecieron con la amenaza de un desborde. Las horas pasaron y la amenaza se convirtió en una desgracia que nunca olvidarán, pues se vieron obligados a dejar sus viviendas para empezar una nueva vida en el desierto. Un año llevan viviendo en medio de vientos fuertes, la arena, el inclemente sol y con el derecho a la salud, educación limitados.
(Fotos: Noticias Piura 3.0/Gustavo Guarnizo)