El 11 de septiembre de 2001, el mundo fue testigo de uno de los actos terroristas más impactantes de la historia. Los ataques a las Torres Gemelas en Nueva York, el Pentágono y el vuelo 93 de United Airlines marcaron un antes y un después en la conciencia global. En 2024 se cumplen 23 años de aquel día, y como es tradición, se llevará a cabo una ceremonia para honrar la memoria de las casi 3000 personas que perdieron la vida en esos eventos.
Ese día, cerca de las 8 de la mañana, 19 yihadistas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones de pasajeros para realizar unos atentados que cambiaron el rumbo de la historia. Los terroristas, originarios en su mayoría de Arabia Saudita, apuntaron contra los símbolos económicos, militares y políticos del país más poderoso del mundo. Dos aviones fueron estrellados contra el World Trade Center en Nueva York y un tercero contra el Pentágono, cerca de Washington DC.
Un cuarto avión apuntaba posiblemente contra el Capitolio, sede del Congreso, o la Casa Blanca, pero tras la heroica intervención de sus pasajeros se estrelló en una zona rural de Shanksville, en Pensilvania.
Las imágenes del colapso del World Trade Center mostraron la desesperación de quienes se lanzaron al vacío. Miles de rescatistas trabajaron arduamente para ayudar a los sobrevivientes atrapados entre los escombros, enfrentando una densa nube de humo y polvo que dificultó su labor y causó la muerte de algunos por inhalación de gases tóxicos.
Hoy, los homenajes estremecieron a los familiares de las víctimas. Uno de los eventos conmemorativos más significativos tuvo lugar en el Puente Internacional Juárez-Lincoln, ubicado en la frontera entre Estados Unidos y México. Este puente es un punto clave de cruce entre ambos países. Año tras año, se cierra temporalmente para llevar a cabo una ceremonia en honor a las víctimas del 11 de septiembre.
El primer momento de silencio ocurrió a las 8.46 (hora local), hora en que el primer avión impactó la Torre Norte. Durante este tiempo, se alentará a los lugares de culto a tocar sus campanas en señal de respeto.
Ese día, en menos de dos horas, las Torres Gemelas fueron reducidas a una montaña de polvo y acero incandescente, una porción del Pentágono también quedó severamente dañada y 2977 personas murieron y 25 mil resultaron heridas. Miles siguieron sufriendo las consecuencias incluso años después de los ataques.